martes, 1 de marzo de 2016

“O CORAÇÃO LATINO-AMERICANO” de Thiago de Mello (De De uma vez por todas, 1996)

O CORAÇÃO LATINO-AMERICANO

Incas, ianomamis, tiahuanacos, aztecas,
mayas, tupis-guaranis, a sagrada intuição
das nações mais saudosas. Os resíduos.
A cruz e o arcabuz dos homens brancos.
O assombro diante dos cavalos,
a adoração dos astros.
Uma porção de sangues abraçados.
Os heróis e os mártires que fincaram no
tempo
a espada de uma pátria maior.
A lucidez do sonho arando o mar.
As águas amazônicas, as neves da
cordilheira.
O quetzal dourado, o condor solitário
o uirapuru da floresta, canto de todos os
pássaros.
A destreza felina das onças e dos pumas.
Rosas, hortênsias, violetas, margaridas,
flores e mulheres de todas as cores,
todos os perfis. A sombra fresca
das tardes tropicais. O ritmo pungente,
rumba, milonga, tango, marinera,
samba-canção.
O alambique de barro gotejando
a luz-ardente do canavial.
O perfume da floresta que reúne,
em morna convivência, a árvore altaneira
e a planta mais rasteirinha do chão.
O fragor dos vulcões, o árido silêncio
do deserto, o arquipélago florido,
a pampa desolada, a primavera
amanhecendo luminosa nos pêssegos e nos
jasmineiros,
a palavra luminosa dos poetas,
o sopro denso e perfumado do mar,
a aurora de cada dia, o sol e a chuva
reunidos na divina origem do arco-íris.
Cinco séculos árduos de esperança.
De tudo isso, e de dor, espanto e pranto,
para sempre se fez, lateja e canta
o coração latino-americano.

Thiago de Mello, De uma vez por todas, 1996.


El CORAZÓN LATINOAMERICANO

Incas, yanomamis, tiahuanacos, aztecas,
mayas, tupi-guaranies, la sagrada intuición
de las naciones más añoradas. Los residuos.
La cruz y el arcabuz de los hombres blancos.
El asombro frente a los caballos,
la adoración de los astros.
Una porción de sangres abrazadas.
Los héroes y los mártires que clavaron en el
tiempo
la espada de una patria mayor.
La lucidez del sueño arando el mar.
Las aguas amazónicas, las nieves de la
cordillera.
El dorado quetzal, el cóndor solitario
el uirapurú de la selva, canto de todos los
pájaros.
La destreza felina de las panteras y los pumas.
Rosas, hortensias, violetas, margaritas,
flores y mujeres de todos los colores,
de todos los perfiles. La sombra fresca
de las tardes tropicales. El ritmo punzante,
rumba, milonga, tango, marinera,
samba.
El alambique de barro goteando
la luz ardiente del cañizal.
El perfume de la selva que reúne,
en tibia convivencia, el árbol altanero
y la planta más rastrera de la tierra.
El fragor de los volcanes, el árido silencio
del desierto, el archipiélago florido,
la pampa desolada, la primavera
amaneciendo luminosa en los melocotoneros
y en los jazmines,
la palabra luminosa de los poetas,
el soplo denso y perfumado del mar,
la aurora de cada día, el sol y la lluvia
reunidos en el divino origen del arco iris.
Cinco siglos arduos de esperanza.
De todo eso, y de dolor, espanto y llanto,
se hizo para siempre, palpita y canta
el corazón latinoamericano.

Thiago de Mello, De una vez por todas, 1996.
(Versión de Pedro Casas Serra)

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