LA MODELO
Tú que me miras
desde el otro lado del marco,
no te extrañes
de verme cabizbaja.
Me dijo él
que solo él me vería.
Pero ya sabes:
¡la vanidad de los artistas!
Pedro Casas Serra (15-01-2013)
Poesía intimista
LA MODELO
Tú que me miras
desde el otro lado del marco,
no te extrañes
de verme cabizbaja.
Me dijo él
que solo él me vería.
Pero ya sabes:
¡la vanidad de los artistas!
Pedro Casas Serra (15-01-2013)
UN BALBUCEO
Que mi último verso
sea como el primero:
un balbuceo.
Pedro Casas Serra (28-11-2012)
TU AMOR
A lo más alto llevaré tu amor
- águila, estrella, ermita -
en lo más alto brillará.
Los ríos rodarán a tus pies,
leones, gacelas, ciervos
pastarán a tu sombra.
No traigo sino mi voz cansada
para cantar tu amor,
voz que se eleva una y otra vez
diciendo ¡te amo! ¡te amo! ¡te amo!
Quisiera ser montañero
para ascender hasta tu amor
y lanzarme luego en parapente,
que tu amor me llevara
sobre valles, ríos, bosques y lagunas.
Porque pensar en ti, amor,
es un colchón de espuma
en el que vuelo
sin brida ni pedal, tregua o cuartel.
Porque te quiero.
Pedro Casas Serra (22-09-2012)
EL HOMBRE
Esta mañana, al levantar la tapa del ordenador, había un hombre en la pantalla. Estaba tan sorprendido como yo, que de inmediato he vuelto a cerrarla. ¿Seguirá ahí?
Pedro Casas Serra (25-08-2012)
MARIA
A Maria Lua
En una ciudad de piedras verdes
y montañas altas, Maria
se puso a escribir poesía:
hablaba del cielo y las estrellas,
de sueños, de vientos, de nubes
- de cómo corría tras ellas.
Desde su ventana, sus ojos
se abrían de noche, volaban,
cantaban, reían, lloraban.
En una ciudad de piedras verdes
y montañas altas, Maria
nos iluminaba como un faro
desde su ventana y nosotros
- mojados, cansados, vencidos -
hallábamos fuerzas en ella
que nos conducía y guiaba
tras ella a la Luna, la única,
la madre más bella. Maria
velaba en la noche: era estrella.
ROMANCE DE ÁNGEL FÉLIX
A Ángel Félix
Hace muchos años, en uno de los frecuentes viajes que por entonces hacía entre Barcelona y Madrid, recalé en la muy leal ciudad de Zaragoza. Tras postrarme ante la Pilarica y saciar mi hambre en un viejo mesón, hallándome perdido por las callejas que conforman su casco antiguo, fui a dar frente a un almacén de muebles y trastos viejos sin rótulo alguno que lo anunciara. Entré por curiosidad y anduve revolviendo entre mil cosas que allí había, hasta que quedé prendado de un tarro viejo de cerámica que burdamente pintada llevaba lo que parecía una inscripción en árabe. Tras convenir el precio con su propietario - un viejecito amable pero poco hablador - me lo llevé a mi casa en Barcelona y lo deposité sobre un estante del salón. El miércoles pasado, alertado por el estruendo, acudí al salón y me encontré el tarro o mejor dicho lo que quedaba de él, en el suelo y a la señora de la limpieza muy compungida a su lado... ¡Alabado sea Dios! Lo más sorprendente es que entre sus pedazos, apareció un manuscrito apenas legible que contenía un poema - por su forma un romance - anónimo y que llevaba por título "Romance de Ángel Félix", y conociendo que nuestro Ángel Félix es originario de las tierras de Aragón, no he podido sustraerme al deseo de traerlo hoy aquí y compartirlo con todos vosotros:
"Romance de Ángel Félix" *
- ¡Ángel Félix, Ángel Félix,
ángel de la angelosía,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba tu padre en calma,
tu madre estaba crecida:
ángel que en tal signo nace
debe escribir poesía. -
Allí respondiera el Ángel,
bien oiréis lo que decía:
- Yo la escribiré, señor,
aunque me cueste la vida;
porque soy hijo de un ángel
y una mortal serafina;
siendo yo niño y muchacho,
mi madre me lo decía:
que poesía escribiese,
que era grande lozanía:
por tanto, pregunta, rey,
que en verso te lo diría.
- Yo te agradezco, Ángel Félix,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Altos son y relucían!
- La Copla era, señor,
y la otra la Serranilla:
cantares de segadores
labrados a maravilla.
El ángel que los labraba
cien dirhams ganaba al día,
y el día que no los labra,
otros tantos se perdía.
El otro es el Romancero,
huerta que par no tenía:
el otro el Cantar de Gesta,
castillo de gran valía. -
Allí habló el rey Al-Muqtádir,
bien oiréis lo que decía:
- Poesía, si tu quisieras,
contigo me casaría:
daréte en arras y dote
la Prosa y la Narrativa.
- Casada soy, Al-Muqtádir,
casada soy, no viudita;
el Ángel que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
* En la Edad Media, los romances se transmitían oralmente a través de los juglares que los recitaban de plaza en plaza. Esto hizo que llegaran hasta nosotros fragmentados y en distintas versiones. Este romance de Ángel Félix guarda gran similitud con el de Abenámar, romance anónimo del siglo XV muy conocido. Todo hace suponer que éste, el de Ángel Félix, es más antiguo que el romance de Abenámar pues está situado durante el reinado del rey moro de Zaragoza Al-Muqtádir (1046-1081), mientras que el de Abenamar lo está durante el reinado de Juan II de Castilla (1406-1454), por tanto casi cuatro siglos después. De esta forma el romance de Abenámar no sería sino un apócrifo del romance de Ángel Félix, probablemente escrito por un tal Abenámar para ensalzar su propio nombre y así pasar a la historia. La aparición ahora del romance de Ángel Félix pone las cosas en su sitio. ¡A Ángel Félix lo que es de Ángel Félix y a Abenámar lo que es de Abenámar!
DIALOGANDO CON GABRIEL CELAYA
No te pongas serio.
En lo que te parece simplemente trivial
radica lo importante de la realidad. *
- ¿Y el paro, los desahucios, la subida de los precios, el futuro de los hijos, la reducción de los salarios, la congelación de las pensiones, los recortes sanitarios, la falta de guarderías y residencias, la subida de los impuestos, la inaplicación de la ley de dependencia, la reintroducción de las tasas judiciales, los recortes en educación, las trabas al aborto, el acoso a los sin papeles...?
Nos sentimos como un golpe
que sin brotar se ha quedado temblorosamente en vilo.
Nos sentimos sin sentirnos,
fabulosamente dulces, dolorosamente ciertos.
Nos sentimos un nosotros. Palpitamos colectivo. **
- ¡Basta de desvergonzados acopiadores, empingorotados agoreros, marrulleros embaucadores, defraudadores exhibicionistas, coronados de prebendas, linajudos abribonados, demonizadores acogullados, cohortes de enchufados, descuajaringadores de derechos y ácaros afines conchabados! ¡Basta de derroches despachurrados, sudores despilfarrados, decretazos acerados, dogos amedrentadores, justicia en almoneda, ablandabrevas, quejicas abstinentes, jóvenes abuñuelados y gentes acomedidas, agallinadas y acompasadas!
La poesía es un arma cargada de futuro.***
- Pero la poesía no mata, solo lastima los sentimientos.
Pedro Casas Serra (05-05-2012)
* NO TE PREOCUPES TANTO, El mundo abierto, Gabriel Celaya, 1986.
** TODOS A UNA, Cantos iberos, Gabriel Celaya, 1956.
*** Título de un poema de Cantos iberos, Gabriel Celaya, 1956.
UN LIBRO DE GABRIEL CELAYA
Cruzaban por un puente cuando este cayó. Nunca los encontraron. Quizá habían pasado.
Dormía junto a mí. Entre los dos, un niño. Quise alcanzarla pero ya no estaba.
Cuatro veces cuatro, dieciséis; y cuatro, veinte; y así hasta ochenta; y tú escribiendo.
Pero aún nos queda el sol, el aire y junto al camino, un libro de Gabriel Celaya.
EL HELADO
He pedido un helado
de nata, fresa y chocolate.
Me han traído la copa con tres bolas:
una blanca,
otra rosa
y la tercera, negra.
Con el reverso de la cucharilla
he ablandado,
moldeado sus formas
hasta mezclarlas.
Me he acercado un pedazo a los labios:
¡Mmmmmmmmmm, qué rico!
Pedro Casas Serra (10-04-2012)
EL ASCENSOR
He vuelto a subir
en el ascensor de la vieja casa,
ese cuya entrada
se encuentra no sé dónde
y que
tras elevarse hasta la azotea
se desplaza
horizontalmente
- sobre carriles, como un tren -
entre galerías y cocinas
hasta quedar colgado en el vacío,
y del que salgo
- desmontando el cristal -
ayudado por un joven.
Recuerda al ascensor de servicio
de casa de tía Ramona.
Los sueños repetidos
adquieren la realidad
INFINITO
Mis piernas y mis brazos tienen fin,
mis riñones, los pelos de mi barba...
Pero mi anhelo es infinito.
LA ARQUEOLOGÍA
En Atapuerca
se han encontrado restos
que confirman
que nuestros bisabuelos
se comían entre ellos.
Y en el nevado Ampato
la momia de Juanita
ofrecida a los dioses.
Y la de Ötzi, en los Alpes,
muerto por una flecha
hace cinco mil años...
La arqueología es una ciencia
muy curiosa:
cruel pero certera.
ELLA HABLA
Martes de Carnaval,
pasa la rúa
y con ella, mezclados,
gigantes, cabezudos,
carrozas... un gentío
con diferentes ropas
y antifaces.
- Detrás de mi mirilla
voy desapercibida:
supermanes, princesas,
bailarinas, toreros,
sacristanes...
Yo con mi soledad,
Pedro Casas Serra (04-03-2012)
EN MI ESCALERA AL CIELO…
"En esa toalla grande con que me abrazabas, cabemos los dos."
"Como mi pájaro, tampoco tú has muerto, que en un descuido volaste al cielo."
"Porque aún tenemos mucho que contarnos, hemos de proseguir esa conversación interrumpida."
En mi escalera al cielo,
mamá en un principio,
Milagros en medio
y Celia al final.
Pedro Casas Serra (25-02-2012)
UN PÁJARO
A Ramiro Deladanza
Un pájaro nos despertó con su trino desde la copa de un árbol.
Un árbol con un pájaro: desde la copa nos despertó su trino.
Desde un pájaro de un árbol con su copa, nos despertó su trino.
Con la copa de su trino nos despertó desde un árbol un pájaro.
Con su trino, un pájaro desde un árbol nos despertó la copa.
Un trino desde la copa de un árbol nos despertó con su pájaro.
Nos despertó con su trino un pájaro desde su árbol: ¡la copa!
Pedro Casas Serra (22-02-2012)
EL ORIGEN DEL FUEGO
Atenea reinaba en el Parnaso
cuando llegó a su trono Prometeo.
- Diosa inteligentísima - le dijo -
el mundo está poblado por entero
de animales mortales. De sus alas
están dotados unos para el vuelo,
otros de gruesas pieles con que evitan
el aire frío cuando el crudo invierno,
de garras otros y afilados dientes
con que poder lograr el alimento...
Ellos solo han quedado desvalidos:
se llaman hombres y mucho me temo
- desarmados, desnudos y descalzos -
que pronto morirán si no han remedio.
- Ven esta noche y sigilosamente
unas brasas retira del Gran Fuego.
Eso hizo Prometeo y desde entonces
- ¡fijaos bien si no ha pasado tiempo! -
los humanos, por gracia de Atenea,
progresamos, vivimos y crecemos.
Pedro Casas Serra (08-02-2012)
EL CASTIGO DE TIRESIAS
Tiresias, profeta divino, augur infalible:
¿Cómo reconoceré a las vacas sagradas para no sacrificarlas?
¿Cómo conseguiré llegar a Ítaca?
¿Cómo eludiré la muerte desde el mar?
-¿No te he dicho, Ulises, que yo puedo adivinar el futuro
pero no evitarlo? Conocer el futuro es inútil
si igualmente te alcanza sin remedio. ¿No crees que de haber sabido
que contemplar a Atenea desnuda en su baño me produciría la ceguera,
no hubiera huido del agua clara y de su dulce voz?
¡No remuevas mis huesos en su tumba! ¡Es horrible saber
aquello que solo trae desgracia a quien lo sabe!
(El anciano Tiresias dejó de usar la palabra “tal vez”
y empezó a usar la palabra “casi nunca”
en el climaterio de su vida. En aquel tiempo
brillaban más las estrellas en el cielo.)
RECADO PARA WALTER
A Walter Faila
Quisiera aletas como brazos
y cola como pies.
Como un delfín
correría los mares
de una orilla a la otra
y al verte, lanzaría mi grito,
ése que solo entienden los delfines
que como tú, como yo, como otros
surcamos los mares de la libertad.
Aire al aire, luz a la luz,
tierra a la tierra
devolvemos las horas a los versos.
Nos perseguimos
- salidos de teselas y mosaicos -
desde Barcino hasta Buenos Aires
como niños traviesos
que llegan a la playa
el primer día de verano.
¡Somos libres!
¡Somos peces que han dejado su acuario!
Y volamos cogidos de las manos
- de las aletas -
por los mares azules
saltando alegremente las olas.
Nos perseguimos
como un grupo de delfines
persigue el horizonte inalcanzable.
Pedro Casas Serra (25-01-2012)
SERÁS UN LAGO
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Mira como vienen
los peces volando
por la Navidad.
Mira que pequeños
andan caminando,
¡no van a llegar!
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Cuando tú me miras
los ángeles ríen,
lloran los pastores
y la vaca muge,
San José descansa
y la Virgen duerme,
y las ovejitas balan dulcemente
allá en el pesebre.
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
¿Para qué los Reyes
te traen presentes
si como diamantes
se ríen tus dientes?
¿Oro, incienso y mirra
con los que jugar?
¡Si tus piececitos para nada cesan
de revolotear!
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Tu corazón no crezca,
no crezcan tus manos,
no te hagas nunca grande
entre los humanos.
Que no saben reír,
que no saben llorar,
que no recitan versos
por la Navidad.
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Mira como estoy cantando
para no verte sufrir,
mira como estoy soñando
para no verte morir.
Que si lloran los niños
las piedras se esconden
y las nubes se asustan,
corren y corren.
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Ya vienen por el aire
los ayes lastimeros
que llegan de muy lejos,
son los primeros.
¿Por qué nos entra miedo
cuando es de noche?
¿Por qué unos van a pie
y otros en coche?
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Corre, mi niño, corre,
no pares ya,
cruza el agua del río,
la ola del mar,
vete volando
sin ver pa'trás,
que aquí se siguen,
siguen matando.
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
¡De noche y de día
venid a bailar!
¡Cantad villancicos
por la Navidad!
¡Que ha nacido un niño!
¡Que ha nacido bien!
¡Que somos felices!
¡Que ha sido en Belén!
Serás un lago, serás un río,
serás la luna, serás la estrella y el mar perdido.
Pedro Casas Serra (01-01-2012)
LOS REYES MAGOS Y LA HOJA DE RECLAMACIONES
Luis fue un niño afortunado, no descubrió que los Reyes Magos eran sus padres hasta el día que murieron.
¿No íbamos por el mundo escalando los peldaños de la muerte?
¿No íbamos borrando con cal las palabras de los muros de los cementerios?
¿No íbamos bailando entre sus sepulturas mientras asomaban las luces del amanecer?
¿No íbamos sembrando nuestros huesos para señalar las estaciones del camino?
¿No íbamos arrojando la verdad como carnaza a los perros?
¿No íbamos lamiendo nuestras heridas como los leprosos sus pústulas?
¿No sufríamos espasmos como los locos atados con correas?
¿No fornicábamos con la alegría de los millonarios?
¿No veíamos a nuestros padres como a las estatuas de los parques?
¿No corríamos desnudos por el bosque?
¿No fuimos de los que elevábamos cometas?
¿No nos estirábamos al sol sobre las rocas?
¿No orinábamos desde lo alto de un risco?
¿No encendíamos hogueras en invierno? ¿No bailábamos a su alrededor?
¿No nos sumergíamos en las aguas de los ríos, en las olas del mar, en la bañera acompañados?
¿No nos arrancábamos la ropa de impaciencia?
¿Dónde dejamos nuestros cuerpos, los sueños de nueve horas, los deleites por un roce?
¿Dónde el pan con chocolate, los besos de la madre, los lloriqueos y el primer berrido?
¿No éramos los más guapos del cementerio?
¿No íbamos a durar para siempre?
¿No íbamos a durar para siempre?
Pedro Casas Serra (19-12-2011)
LAS LLAVES
La anciana buscaba sus llaves con desespero: entre sus ropas, por la acera, debajo de los coches... No recordaba que hacía seis meses que la habían desahuciado.
Pedro Casas Serra (30-11-2011)
EL PREMIO
El hombre eminente no hacía sino recibir distinciones. Tras el de sus compatriotas, le llegó el reconocimiento de la Academia, y mientras esperaba en su butaca, adormecido por la edad y los trajines, lo único que se representaba en su cabeza era a su madre alzando con orgullo la bacinilla y diciéndole: ¡Bravo, Luisito!
Pedro Casas Serra (28-11-2011)
HOJAS DE CALENDARIO
Entre sus cosas, encontré una carpeta con poemas. Eran copias impresas en hojas sueltas y todos llevaban al final su nombre y la fecha. Casi todos cortos, algunos ocupaban más de una página - entonces las hojas iban cosidas por una grapa. Empecé a leerlos y advertí que no seguían ningún orden, ni de fechas ni de temas. Antiguos y modernos estaban mezclados. Unos hablaban de amor, otros del tiempo, de las estaciones del año, de una flor, un viaje o una muerte. Otros no los entendí, nunca supe que querían decir.
¿Eso es todo - pensé - lo que ha quedado de él?
Pedro Casas Serra (19-11-2011)
ROSALINDA
Estaba Rosalinda en un jardín
con un libro de amor entre las manos.
Era todo silencio que rompía
un ruiseñor a veces con su canto
y el agua de la pila de una fuente
cayendo como lágrimas de un plato.
El balancín en que se hallaba echada
y que con dulce pie iba impulsando
mientras pasaba páginas del libro,
pausadamente hasta quedar parado
disminuyó su ritmo. Rosalinda,
con el libro mecido en su regazo,
acompasadamente respiraba
y así dormida se quedó, soñando
que un príncipe venía desde el cielo
al galope veloz de su caballo
y que luego, acercándose hasta ella,
un beso le ponía sobre el labio.
Despertó Rosalinda y vio que un ojo
tras una nube el sol le iba guiñando.
Pedro Casas Serra (30-10-2011)