sábado, 30 de enero de 2010

Tu cuerpo

TU CUERPO


Tu cuerpo nunca de acariciar acabaría,

imantado de él por siempre quedaría.


Soplándote mi aliento tus formas seguiría

y como Dios a Adán vida te infundiría.


El olor de tu piel mi ser embriagaría,

cual náufrago sediento tu mar me bebería.


Mi boca como abeja tu polen libaría,

las flores de tu cuerpo todas visitaría.


La luz de tu mirada la mía atraería,

perdiéndome en tus ojos salida encontraría.


Tus palabras de amor ávido escucharía,

contra tu cuerpo el mío con fuerza encallaría.


Al pasarle la mano tu piel erizaría,

el vello de tu vientre mis dedos peinaría.


Como ladrón de noche tu ropa robaría,

y al tocarla tu cuerpo junto a mí seguiría.


Cual navegante el mapa de tu piel trazaría,

al lado de tu cuerpo mi nave fondearía.


Si me lo dicen antes no me lo creería,

que lo que por ti siento, por ti lo sentiría.


Pedro Casas Serra (17-08-1992)

martes, 26 de enero de 2010

Tibio color de las tres de la tarde...

TIBIO COLOR DE LAS TRES DE LA TARDE...


.......Tibio color de las tres de la tarde

de un día claro del mes de noviembre.

.......Llenan rastrojos tostados los campos

donde alinean las vides doradas.

.......Árboles tiernos formando una hilera

marcan el río a la ávida vista.

.......Dulce azulean montañas lejanas

cerrando en broche el paisaje abarcado.

.......Una luz diáfana, quieta y tranquila

recorta nítida cada detalle.

.......Por el camino del iris abierto

queda fijada en la mente la imagen.


Pedro Casas Serra (09-11-2000,05)

domingo, 24 de enero de 2010

La cisterna

LA CISTERNA


Eudaldo, cual Prometeo

robaste el fuego a los dioses

y al igual que a Prometeo,

los dioses te castigaron.


Hoy me entristece tu muerte

y rebela la injusticia

de que fueras sancionado

por algo de amor robado.


“Felicidad: don de Dios”.

Nadie más podía decirnos

cómo, cuándo, ni con quién

debíamos acostarnos.


Amigo, cómo pudiste

cambiar redondez por músculo,

elasticidad por fuerza,

dulzura por resistencia.


Hacer posible el amor

como somos y sentimos,

sin límites ni barreras,

nos dejaste por botín.


Pedro Casas Serra (22-01-1995)



LA CISTERNA


Eduard: Com Prometeu,
vas pendre un tresor als deus,
i també com Prometeu,
vas ser castigat pels deus.

Ploro avui la teva mort,
i em rebel.la l’injusticia
de que hagis estat punit
per robar d’amor un brí.

“Felicitat: dó de Deu”.
Ningú més no ens podía dir
com, quan ni amb quí
podiam d’anar a dormir.

Eduard: ¿Com vas gosar
canviar suavitat per múscul,
elasticitat per força,
tendresa per resistència?

La llibertat d’estimar
tal com som i com sentim,
sense limits ni barreres,
ens has deixat per botí.


Pere Casas Serra (22-01-1995)

sábado, 23 de enero de 2010

Primera visita a la sauna

PRIMERA VISITA A LA SAUNA


A la entrada – discretamente

privada por las plantas -

un conserje -desagradablemente

amanerado – te cobra el ticket

y te da la llave, un paño, una toalla

y unas zapatillas. Siguiendo un pasillo

llegas al vestuario repleto de espejos

por los que mirar, mirarle, mirarte,

mirarse, miraros. Has llegado al reino

de la mirada: esquiva, angulada,

rápida, oculta, inapreciable..

Te quitas la ropa, enrollas el paño,

echas la toalla, calzas zapatillas

y de la muñeca, te cuelgas la llave.

Ya dispuesto, bajas por una escalera

y lo primero que ves, es la piscina

de agua burbujeante, de la que, desnuda,

la gente entra y sale cual de una pecera.

Gente que al cruzarse apenas se mira,

que no se saluda pero que se sigue

al reino del tacto. Este da comienzo

en el laberinto: totalmente oscuro,

música suave, camastros con cuerpos

que aguardan pacientes en total reposo.

Junto a él la sauna – de breve visita

dado su calor – y luego el vapor

- donde es como adentrarse en una nube -

y tantendo encuentras otro cuerpo

que también te tantea en mutuo reconocimiento.

Luego vais a la sala común de duchas

- paraíso de mirones – y pasado

el cuartito de la televisión

- todo un toque hogareño – y el bar,

llegáis a las cabinas de masaje…


Pedro Casas Serra (01-06-1992)

viernes, 22 de enero de 2010

A mi amigo

A MI AMIGO


Entre luces que ciegan

un instante y se apagan,

mientras otras reflejan

su brillo mortecino;

entre sordos rumores

y estridentes chirridos,

que nos dejan sus notas

marcadas en asfalto;

entre voces que lanzan

su cascada argentina

y otras, secas, que escupen

palabras como látigos;

entre rutas marcadas

con cartabón y escuadra,

repletas de una masa

que se mueve, que anda;

entre muros que se alzan

hacia la bóveda alta

y esconden en sus senos

madrigueras de ratas;

entre tanto gentío...

muevo mis pies, cansado

de seres que me espantan,

sin que sienta si me andan.


...


A mi amigo, ¿lo has visto?

Si es así, dime donde.

¿Es en la noche oscura

con esfera de plata?

¿Es en sombra leñosa

tras la dulce mañana?

¿Es en torre cruzada

que nos marca lo eterno?

¿Es que quizás lo apresan

blanquecinos tentáculos,

o es libre como azul

inmenso entre dos techos?


¡Providencia divina!

seme viento

que soplando lo arrastre,

te lo ruego.

¡Providencia divina!

hazte sol

que lo infunda en mi rostro

con su aliento.

¡Providencia divina!

se torrente

que hasta mí me lo traiga

sobre llanto.


Lo necesito ahora.

Lo necesito ahora, este momento.

Lo necesito aquí, junto a mí, adentro.


Sin él noto vacío

todo cuanto era lleno.

Sin él siento temblar

cuanto de firme tengo.

Sin él estoy perdido

y ya ni a mí me encuentro.


No quiero oír palabras

con un extraño acento,

ni ver otra mirada

que la suya, lo siento.

Palpar quiero su zurda

en apretón sincero,

mientras lanzan los labios

las risas del encuentro.


Y sentirme inquirido

con palabra serena,

sobre cuanto ha ocurrido

de una escena a otra escena.

Y notar el reflejo

de un corazón gemelo,

sin temor de tipejo,

con valor, sin recelo.


La dirección es una,

uno sólo el anhelo,

dos para conquistarlo,

tres, por mayor esfuerzo.

No murmuréis sus faltas,

porque no os lo consiento.

Bastante las conozco...

bastante las recuerdo.


...


¡He visto a mi amigo!

¡Que sí, que lo he visto!

¡Que sí, que se ha ido!

Pero me ha dejado...

¡contento!


Pedro Casas Serra (05-1965)

miércoles, 20 de enero de 2010

A mis compañeros del Clínico

A MIS COMPAÑEROS DEL CLÍNICO


Vivimos unos días y algunas esperanzas.

Hasta aquí hemos venido de sitios muy dispares,

nos hemos reunido a causa del azar.

Unos hemos llegado más enteros que otros

pero todos bastante heridos y maltrechos.

Cambiamos impresiones, desahogamos angustias,

contamos confidencias. Somos entre nosotros,

unos nuestro pasado, otros nuestro presente,

otros nuestro futuro. Podemos entendernos,

no en vano hemos tenido iguales experiencias

de dolor, de hospitales y de medicación.

Usamos mucho tiempo en forjarnos proyectos

que quizá puedan irse al traste el primer día.


Pedro Casas Serra (11-1991,10)

lunes, 18 de enero de 2010

Coplillas de Tulebras

COPLILLAS DE TULEBRAS


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Por esta vía verde

Tarazonica,

camina que camina

bien aprisica.


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Ayer por la mañana,

allá en Barillas,

vimos correr los mozos

a las vaquillas.


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde que era!


De Tulebras saliendo

por la laguna,

falta medio camino...

¡y ya es la una!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


¿Qué le echarán las monjas

a sus cocidos,

que siempre están tan ricos,

tan bendecidos?


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Voy a ver del Romero

la virgencita,

¡Madre de Dios hermoso,

qué cuestecita!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Prendado del paisaje

quedé en Ablitas,

¡que tantas cosas vimos

y qué bonitas!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


En la iglesia posadas,

allá en Cascante,

¡si no eran veinte cigüeñas...

no eran bastante!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


¡Vaya con el obispo

de Tarazona!,

¡qué casita la suya!,

¡qué buena zona!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


De piedra como el puente

quedé en Tudela,

al mirar de los Fueros

la redondela.


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Viniendo de Malón,

de beber vino,

se nos hizo de noche

por el camino.


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


¡Qué grande es de Tulebras

el Monasterio!

¡Qué chiquitico al lado

su cementerio!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Río Queiles bajando

desde los puertos,

¡menudos ajos saca

por estos huertos!


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡qué tarde era!


Con tantos campanazos

por sus maitines,

nos tocan las monjitas...

los cataplines.


¡Quién lo dijera!

Pensando que era pronto...

¡y tan pronto que era!


Pedro Casas Serra (09-08-2004)

sábado, 16 de enero de 2010

Mi barrio

MI BARRIO


Mi barrio fue creado con cartabón y escuadra

por un racionalista ingeniero militar,

sus calles se entrecruzan perpendicularmente

y sus esquinas tienen la forma de chaflán.


Se construyó hace un siglo cuando se derribaron

las antiguas murallas de mi vieja ciudad,

extendiéndose ésta por su desierto entorno,

entonces destinado a campo a cultivar.


Triunfaba en aquel tiempo una clase burguesa

su fuerza y su dinero deseosa de mostrar,

que en aquel nuevo barrio llamado del Ensanche

se construyó sus casas y otras para alquilar.


Las casas de mi barrio

ofrecen escondidos

mil tesoros del arte

para ojos atrevidos.


Sus robustas paredes, de piedra habitualmente,

tienen muy bellamente sus caras trabajadas

por maestros canteros que las ornamentaron,

unas con filigranas, otras almohadilladas.


Sus hermosas fachadas están enriquecidas

con bellos esgrafiados, pinturas y azulejos

de temas alegóricos al arte y al comercio

y también al negocio de su amos egregios.


Sus puertas merecieron especial atención:

de roble construidas, macizas y talladas,

góticas iniciales de los que las pagaron

floreadas las presiden en su dintel labradas.


Acostumbran lucir,

altas en sus fachadas,

de Jesús y la Virgen

imágenes sagradas.


Ventanas y balcones se encuentran protegidos

con barandas de hierro, de forja o fundición

- en otras ocasiones, de piedra de arenisca -

que en complejos dibujos libran competición.


Solo generalmente en pisos principales,

puestas en las esquinas o centrando fachadas,

sobresalen tribunas cuyas grandes ventanas

forman multicolores vidrieras emplomadas.


Las casas de mi barrio no tienen un estilo

del todo definido, parecen querer ser

un muestrario de todos, como estando apenadas

de no tener más sitio para más dejar ver.


Veo muchos forasteros

con cara de sorpresa

recogiendo en sus cámaras

de ellas memoria expresa.


A mí no me sorprende, pues, aunque sean de piedra,

altivos pavo reales soportan sus balcones,

enormes lagartijas corren por sus paredes

y enmarcan sus ventanas alegres girasoles.


La gente de mi barrio, como si fueran príncipes

de siempre acostumbrados a comer cada día

ante servicios de oro y copas de cristal,

lo habita indiferente a tanta fantasía.


Son para ella viejos, suelos multicolores

y techos decorados, por lo que incluso algunos

en aras al progreso y a la modernidad,

han bajado los otros o cubierto los unos.


Futuros arqueólogos

se lo agradecerán

cuando tales tesoros

a la luz sacarán.


Pedro Casas Serra (07-08-1992)

martes, 12 de enero de 2010

Salmos para recitar con júbilo ante Amon-Ra

SALMOS PARA RECITAR CON JÚBILO ANTE AMÓN-RA


Para júbilo de tu corazón,

antes de encontrarme contigo,

ramos de jazmines cortando

montaré una corona para ti.”


........................I


Como una flor me abro a ti,

........................como un capullo me abro a ti,

hoja a hoja, pétalo a pétalo,

........................a tu mano que me acaricia

como una flor me abro a ti,

........................como un capullo me abro a ti.


Espero con avidez tu líquido,

........................espero con avidez tu simiente,

como un surco, como una acequia,

........................de tu caño largo y fuerte

espero con avidez tu líquido,

........................espero con avidez tu simiente.


Como un polluelo en su nido,

........................como un cachorro en su camada,

mi boca se abre para que la llenes

........................con tu gusano y tu leche,

como un polluelo en su nido,

........................como un cachorro en su camada.


Como el campo golpeado por la lluvia,

........................como el árbol agitado por el viento,

mi cuerpo se te ofrece, dispuesto

........................a tu llamada, a tu embate,

como el campo golpeado por la lluvia,

........................como el árbol agitado por el viento.


........................II


Con encendido amor

........................acojo tu reposo,

¡mi luchador! cansado

........................de la jornada diaria,

con encendido amor

........................acojo tu reposo.


En tálamo nupcial,

........................bajo las sábanas,

encontrarás mi anillo

........................listo para tu dedo,

en tálamo nupcial,

........................bajo las sábanas.


Masa de pan blando

........................que inertemente espera

en tus manos la forma

........................encontraré temblando,

masa de pan blando

........................que inertemente espera.


Los pequeños botones

........................de mis flores gemelas

se abrirán al contacto

........................de tu aliento-rocío,

los pequeños botones

........................de mis flores gemelas.


........................III


¡Ojo de mis cuencas vacías!

........................¡Luna de mis noches sin luz!

¡Lazarillo que me lleva

........................de la mano a mi alimento!

¡Ojo de mis cuencas vacías!

........................¡Luna de mis noches sin luz!


Quiero ser la uva, el plátano,

........................quiero ser el melocotón y la ciruela

que se ofrecen en canastilla

........................al esperado viajero,

quiero ser la uva, el plátano,

........................quiero ser el melocotón y la ciruela.


Quiero ser el paisaje soñado

........................que se vislumbra al despuntar el monte,

y enciende la sonrisa al caminante

........................y acelera el paso de su sangre,

quiero ser el paisaje soñado

........................que se vislumbra al despuntar el monte.


Mi cuerpo es mi presente,

........................mi cuerpo es mi regalo,

levantaré tu ánimo

........................hasta el éxtasis,

mi cuerpo es mi presente,

........................mi cuerpo es mi regalo.


........................IV


Rozando nuestros cuerpos

........................nuestros fustes se levantan,

y el mío te señala a ti

........................y el tuyo me señala a mí,

rozando nuestros cuerpos

........................nuestros fustes se levantan.


Entrecruzando nuestras piernas,

........................rodeando con los brazos nuestros troncos,

tu boca se abre a la mía

........................y mi boca se abre a la tuya,

entrecruzando nuestras piernas,

........................rodeando con los brazos nuestros troncos.


Separando nuestras cabezas

........................empujamos nuestras ingles,

y mi fruto palpita junto al tuyo

........................y tu fruto palpita junto al mío,

separando nuestras cabezas

........................empujamos nuestras ingles.


Penetramos nuestros oídos con palabras,

........................empapamos nuestros cuerpos de esencias,

y tu arco toca mi violín

........................y mi arco toca tu violín,

penetramos nuestros oídos con palabras,

........................empapamos nuestros cuerpos de esencias.


........................V


Estiramos nuestros cuerpos desperezándonos,

........................tendemos nuestros brazos como jabalinas,

y mi piel se eriza a tu contacto

........................y tu piel se eriza a mi contacto,

estiramos nuestros cuerpos desperezándonos,

........................tendemos nuestros brazos como jabalinas.


Emparejados nuestros miembros

........................pesamos el uno sobre el otro,

y mis manos buscan tus hendiduras

........................y tus manos buscan mis hendiduras,

emparejados nuestros miembros

........................pesamos el uno sobre el otro.


Golpeamos nuestros tambores con las palmas,

........................cimbreamos fuertemente nuestras cinturas,

y el agua de tu lluvia colma mi pozo

........................y el agua de mi lluvia colma tu pozo,

golpeamos nuestros tambores con las palmas,

........................cimbreamos fuertemente nuestras cinturas.


Abrimos nuestros sentidos a bocados,

........................arrojamos nuestros versos al vacío,

y mi alma queda dentro de ti

........................y tu alma queda dentro de mí,

abrimos nuestros sentidos a bocados,

........................arrojamos nuestros versos al vacío.


........................VI


Embarcados en colosal nave,

........................encerrados en su vientre-bodega,

tú eres mi mástil y mi vela,

........................yo soy tu mástil y tu vela,

embarcados en colosal nave,

........................encerrados en su vientre-bodega.


Desde el barbado mascarón de proa

........................desnudos nos lanzamos como arpones,

hundidos en el mar, perseguimos

........................abrazados serpientes y tritones,

desde el barbado mascarón de proa

........................desnudos nos lanzamos como arpones.


Tumbados en cubierta miramos las estrellas

........................y arrastrados por ellas, cruzamos las noches,

fanales venecianos de luceros tempranos

........................iluminando cuerpos, alumbran las caricias,

tumbados en cubierta miramos las estrellas

........................y arrastrados por ellas, cruzamos las noches.


Impulsados por los mismos vientos,

........................arrullados por las mismas sirenas,

tu playa es el destino de mi arena,

........................mi playa es el destino de tu arena,

impulsados por los mismos vientos,

........................arrullados por las mismas sirenas.


........................VII


Levantamos nuestros ojos al cielo,

........................ofrecemos nuestro cuerpo a los dioses,

desde una misma piel,

........................con una misma mano,

levantamos nuestros ojos al cielo,

........................ofrecemos nuestro cuerpo a los dioses.


Como pájaros que sobrevuelan bosques

........................agrupados en bandadas

se reflejan nuestras palabras

........................en estanques dormidos,

como pájaros que sobrevuelan bosques

........................agrupados en bandadas.


Como el ave que levanta el sol

........................y lo acompaña hasta el ocaso

mi palabra en tu boca

........................busca su nido,

como el ave que levanta el sol

........................y lo acompaña hasta el ocaso.


Mi palabra, enredada en un papel

........................que aleteando vuela a tu corazón,

para que desdoblándolo lo leas

........................y le infundas con tu aliento su destino,

mi palabra, enredada en un papel

........................que aleteando vuela a tu corazón.


Pedro Casas Serra (04-01-2000)

lunes, 11 de enero de 2010

La memoria

LA MEMORIA


Permíteme adentrarme en el recuerdo,

refugio contra la monotonía del presente,

necesito pensar que fui feliz alguna vez

y una explosión de luz es la memoria.


Reconozco tu piel bajo los pinos

sobre la toalla roja de baño,

apenas palpo tu contorno y te hago cosquillas,

y tu sola proximidad me electrifica.


Soy náufrago flotando a la deriva

- todo quedó hecho astillas -

y si pienso en mí antes

pienso en otro.


Me entretengo en tu cuerpo adormecido

y lo recorro como peregrino,

exploro cada parte, cada trozo,

por pequeña que sea, por minúsculo.


No puedo expresarte tanto horror,

tal sensación de pérdida, de quedar tullido,

y tanta necesidad de contestar preguntas

que nadie ha formulado.


Tu cuerpo se despierta soñoliento

y es el mío el que recibe ahora

el agua de mayo de tus caricia,

mientras empiezan a sonar palabras.


¿Soy yo aquel que añoro?

¿Mi vida fue otra vida?

¿Tuve lo que no tengo?

¿O es solo un sueño en una pesadilla?


Palabras dulces,

expresiones en clave de enamorados

coronando momentos de intimidad,

ofrendas para nuestros cuerpos.


Recorro mi ciudad

como un autómata,

cumplo mis deberes

como un robot.


No dos cuerpos, un cuerpo

con cuatro brazos,

cuatro piernas

y dos corazones.


Y busco entre miles de rostros

uno solo

que tenga interés,

pero ¡es todo tan anodino!


Tan juntos que parece

que tu lengua es la mía

y mi oreja la tuya.

Y ese dedo que se mueve... ¿de quién es?


Más mayor,

más feo,

más desconfiado

y más solo cada día.


Tan vibrantes

como una cuerda tensa,

hasta que explota el sol

entre los pinos.


Pedro Casas Serra (12-05-1992)

domingo, 10 de enero de 2010

"Cançó a Mahalta"("Corren les nostres ànimes com dos rius paral.lels") de Màrius Torres

Corren les nostres ànimes com dos rius paral.lels.
Fem el mateix camí sota els mateixos cels.

No podem acostar les nostres vides calmes:
entre el dos hi ha una terra de xipresos i palmes.

En els meandres, grocs de lliris, verds de pau,
sento, com si em seguís, el teu batec suau

i escolto la teva aigua, tremolosa i amiga,
de la font a la mar -la nostra pàtria antiga-.

Màrius Torres (1910-1942)

...

Canción a Mahalta

Discurren nuestras almas cual ríos paralelos.
Hacemos el camino bajo los mismos cielos.

No podemos unir nuestras vidas en calma,
entre ambos una tierra de cipreses y palma.

En los meandros, llenos de lirios y de aves,
oigo seguirme próximo tu palpitar suave

y escucho tu corriente, temblorosa y amiga,
de la fuente a la mar -la patria primitiva-.

Màrius Torres
(versión de de Pedro Casas Serra)


...

Riflettono i nostri cuori quali fiumi paralleli.
Facciamo il cammino sotto gli stessi cieli.

Non possiamo collegare le nostre vite in calma,
tra tutti e due una terra cipresso e palma.

Nei meandri, abbondanze di lirios e di uccelli,
j' intendete seguirmi vicino il vostro essere palpité liscio

e j' ascolta la vostra corrente,
temblorosa ed amichevole,
della fonte al mare - la patria primitiva.

Màrius Torres
(versión de Gala Grosso)

miércoles, 6 de enero de 2010

Un año triste en la vida de Rosita

UN AÑO TRISTE EN LA VIDA DE ROSITA


A mi tía, Rosa Casas Roqué.


¡Buaaaaa...! Supongo que sería lo primero que dije cuando nací y reconozco que no fui muy original. Ya me cuidaría yo luego de hablar hasta por los codos, pues hablar ha sido siempre una de mis aficiones favoritas.


Mis padres vivían en la Gran Vía de Barcelona, una de las calles más anchas y bonitas de la ciudad. Barcelona no era como ahora, todo el mundo se conocía, sobre todo en mi barrio, donde se compraba, se jugaba... vigilando siempre los tranvías que pasaban muy de tarde en tarde.


Cogíamos temprano el tranvía y no había nadie por las calles. Bajábamos en la plaza de España y hacíamos el resto del camino a pie. Un paseo adoquinado flanqueado por plátanos nos llevaba a la entrada (la verja era muy alta y nosotros, a su lado, muy pequeños). Pasado el umbral, en un muro, había una lápida conmemorativa. ¡Pobre papá!, ¡con qué orgullo me había enseñado el nombre de su abuelo, teniente de alcalde con Rius i Taulet...!


- Rosita, ¿sabes que día es hoy?

- Martes, papá.

- Bueno... sí, pero ¿qué día del mes?

- No sé.

- Hoy es 31 de diciembre, y ¿sabes que es lo que ocurre hoy, Rosita?

- No, papá.

- Que sale a la calle el hombre de las narices (papá con aire misterioso).

- ¿Qué hombre?

- Un hombre que tiene tantas narices como días tiene el año.

- Entonces ese hombre debe de tener muchas narices (yo poniendo cara rara).

- Pues tantas como días tiene el año, Rosita. Cuando salgas a la calle, fíjate bien y seguro que lo encontrarás.


Cuando papá llegó a casa por la noche, salí corriendo a recibirle y lo primero que hice, antes incluso de darle un beso, fue decirle:


- Papá, papá... he salido a la calle y no he visto al hombre de las narices, aunque lo he buscado por todas partes.

- ¿Y cuántas narices tenían los hombres que has visto?

- Una, papá, como siempre.

- Y hoy, 31 de diciembre, ¿cuántos días le quedan al año?

- Uno.

- Entonces todos los hombres que has visto eran el hombre de las narices, ese que tiene tantas narices como días tiene el año, Rosita.


Subíamos los tres por la ancha avenida de cipreses con hileras de mausoleos a los lados, algunos adornados con estatuas cuya contemplación producía desconsuelo. A veces nos parábamos a leer alguna inscripción que el paso del tiempo había envejecido. ¡Cuánto amor, cuánto cariño transmitían! Sin embargo nunca había nadie junto a ellas y se encontraban en un lamentable estado de deterioro.


Mamá nos señalaba algunas sepulturas: Allí está enterrado un político de renombre, el día de su muerte miles de ciudadanos acompañaron su cortejo fúnebre... Ésta es la de un poeta, las jovencitas lloraban con sus versos, fijaos, hay una corona de laurel esculpida sobre su nombre... Aquella es la tumba de un tenor italiano, cuando actuaba en el Liceo los aplausos no cesaban, murió durante una representación.


Mamá decía que al nacer, yo era pequeña, morena y con mucho pelo, que era igual que un mico. Papá decía que era muy mona en el buen sentido de la palabra, sin duda porque me parecía a él.


Mi nacimiento fue motivo de alegría y en casa ya tenían preparada mi canastilla con todo lo necesario: camisetitas, braguitas, calcetinitos, vestiditos, jerseyitos y zapatitos. Los había azules y rosas porque no sabían qué iba a ser, si niño o niña. Lo azul rápidamente fue desechado y a mí me pusieron un lacito rosa en el pelo aguantado con jabón para evitar equívocos.


Empezaron a llegar amigos y parientes para conocerme y las bromas fueron generales pues era 27 de diciembre y todos decían que por muy poco yo no era una inocentada. Desde niña tuve fama de jaimita.


Tras caminar un buen trecho, alcanzábamos el sector donde se encontraba la tumba de papá. Se hallaba en una pared orientada al sur y delante de ella había un mirador desde donde se podía ver el mar. Mamá sacaba entonces unos trapos de su bolso, los humedecía en una fuente próxima y limpiaba con esmero su lápida, luego retiraba las flores mustias que la adornaban y las cambiaba por flores frescas que llevábamos. Nosotros, mientras tanto, visitábamos las tumbas próximas que conocíamos de otras veces hasta en sus menores recovecos.


Cuando mamá acababa, nos convocaba junto a ella y rezábamos los tres en voz alta: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo, el pan nuestro de cada día dánosle hoy y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal. Amén. Permanecíamos un minuto en silencio - que a mí se me hacía larguísimo - y a continuación nos santiguábamos y emprendíamos el regreso a casa.


- Vamos, Rosita, ¡ánimo!, ven aquí con mamá.

(Claro, para ti es fácil porque eres grande, pero para mí... con mis piernecitas y esos enormes pañales que me has puesto... Voy a ver si puedo enderezarme... parece que sí... ahora adelanto un pie... otro... ¡Yupi! ya he llegado a los brazos de mi mamá)

- ¡Pedro, Pedro! Ven rápido que Rosita ya ha dado sus primeros pasitos.


Despejado o nublado, en invierno o en verano, fuimos cada domingo al cementerio durante un año. Recuerdo ese año como un año triste que yo deseaba que pasase pronto.


Pedro Casas Serra (06-01-2010)