jueves, 31 de octubre de 2013

El amor

EL AMOR


El amor va volando

despacito

como una semilla.


Si intentas atraparla

cuidadito

que puedes destruirla.


El viento la traslada

ligerito

sin saber su destino.


Si te viene a la mano

te felicito

trátala con cariño.


¡Cómo el amor es dulce,

Dios bendito,

y qué bien sabe!


Cuando su leche mamas

tu cuerpecito

desarrolla unas alas.


Y estando tan famélico

y pequeñito

te conviertes en toro.


¡Toro negro y alado,

yo te invito

a levantar el vuelo!


Alas de mariposa

¡es inaudito!

te soportan entero.


Trasladas tu bravura

al infinito

corneando las nubes.


Pastando por el sol

coloradito

y bebiendo los vientos.


¡Qué formidable eres,

cariñito,

y qué fiero!


Que ninguno atraviese

el caminito

por el que vas trotando.


Que podrías las tripas

en un hito

dejárselas colgando.


Tanto poder reúnes

enterito

que nada te retiene.


Y ninguna barrera

ni corralito

tus redaños contiene.


¡Y que este toro alado

tan potentito

venga de una semilla!


Se trata de un misterio,

amiguito,

que sabrás algún día.


Pedro Casas Serra (25-06-1992,04)

miércoles, 30 de octubre de 2013

Dios bondadoso

DIOS BONDADOSO


Dios bondadoso

que conocemos por terceros

y eres asidero de desgracias,

hiciste a Eva compañera de Adán

- fuiste bueno en esa ocasión.


Porque Adán ya tenía

por casa el Paraíso,

sus necesidades cubiertas

y la compañía de todos los animales.


Pero estaba solo

y a lo mejor, para distraerse,

hablaría con su reflejo en el agua

o escucharía el eco de su voz en la montaña.


Lo tenía todo:

situación, vivienda, confort,

automóvil, velero, vacaciones en Hawai,

empleo fijo, pensión de jubilación...


Pero estaba solo

y aburrido

y había perdido el interés

por lo que tenía,

quizá porque necesitaba

que lo tuvieran a él.


Y tú, Dios

- fuiste bueno en esa ocasión -

le diste a Eva

formada de una de sus costillas.


La hiciste de él mismo,

de su propia materia,

para que la sintiese más suya

y necesitara más unirse a ella.


Ahora es diferente,

el mundo está repleto

de cuerpos sin costilla y de costillas sueltas

- es un verdadero maremágnum -

y cada cual, como puede,

busca el trozo que le falta de su puzle.


Por eso yo te pido,

Dios - que a veces eres bueno -:

¿No habría manera de señalar las piezas,

numerarlas, marcarlas,

buscar algún sistema de identificación

que facilitara emparejarlas?


Pedro Casas Serra (25-06-1992,03)

martes, 29 de octubre de 2013

Atleta

ATLETA


Atleta triunfador

en los juegos olímpicos,

has sido coronado

de olivo de victoria

porque ante multitud

de propios y de extraños,

enfrentado con otros,

has vencido en la lid.

Te sientes muy cansado

pero a la vez contento,

porque tu gentilicio

será gravado en piedra

y harán una escultura

de tu arrogante cuerpo,

porque ante ti se abren

largos días de gloria,

fortuna y agasajos

en los que serás huésped

en la casa, en la mesa

y también en la cama

de aquellos más ilustres

de tu bella ciudad.


Pedro Casas Serra (25-06-1992,02)

lunes, 28 de octubre de 2013

Civilización griega

CIVILIZACIÓN GRIEGA


Surgiste de las ola

como los restos de un naufragio,

tus ideas y conceptos son los nuestros.


En esas islas doradas,

ocres manchas sobre un azul inmenso,

formaste tu hormiguero

y desarrollaste las cadenas del conocimiento.


Pedro Casas Serra (25-06-1992,01)

viernes, 25 de octubre de 2013

Centauro enamorado

CENTAURO ENAMORADO


Centauro enamorado que pasas

con toda tu apostura, y tienes

un caminar pausado, y luces

entera galanura.


Tu cuerpo indiferente atrae,

tanta es su hermosura, a ti

los ojos de la gente, que fija

la vista en tu figura.


Eres alto de talla, posees

ancas de cabalgada, conjugas

espaldas de batalla con brazos

hechos para la amada.


Estrecho de cintura, tu vientre

liso del galanteo, tus nalgas

como caballo duras, te acreditan

capitán general del rejoneo.


Pedro Casas Serra (19-06-1992,01)

jueves, 24 de octubre de 2013

Efebo

EFEBO


Efebo que corres presuroso

y una estela dejas a tu paso:


Tienes pisada larga

y elástica de atleta.


Tus caderas son finas

como anguilas de río.


Tu pelo serpentea

sedoso por tu espalda.


Tu piel blanca de leche

revienta por tus huesos.


Tu torso se engrandece,

tus miembros se distancian.


No tienes aún tomada

la medida a tu cuerpo.


Queda olor a tu paso

de almendras y de olivo.


Pedro Casas Serra (19-06-1992,02)

miércoles, 23 de octubre de 2013

El flamenco

EL FLAMENCO


Buscando estoy mi amado

y como peregrino

penitente de un castigo divino,

desgrano mi rosario

contemplando los rostros de la gente

en busca de una mirada transparente

que atrape mi mirada soñadora

en el transcurso de mi camino diario.


Gacela ruborosa

que se refugia en la espesura más frondosa,

huye mi amado de mi alcance,

temeroso no fuera depredadora fiera.


A veces veo a alguien que de espaldas

me parece mi amado,

y corro presuroso y al verle de perfil,

decepcionado, veo

que no tiene de mi amado la figura.


Mi amado es un flamenco de plumaje rosado

posado en una pata, indiferente al mundo.


En sueños veo a mi amado encadenado

en un rincón de la ciudad oscuro,

atado a un oficio sin futuro,

la cara sucia, el pelo despeinado,

colmado de sudor, desaseado.


Entonces sueño que lo lavo

con jabón de romero,

que froto fuertemente con mis manos

su parte de delante y su nalguero

con esponja marina,

para secarlo luego con esmero

envolviéndolo en toalla grande, suave y fina,

que le perfumo con lavanda el pelo,

le afeito la barba de tres días

y con loción su cara masajeo.


Después, contemplo a mi amado,

apuesto y bien plantado,

alzándose desnudo

de cuerpo entero

y siento lo que Dios posiblemente

sentiría al contemplar a Adán el primer día.


Luego visto a mi amado lentamente

cubriendo su natura con calzoncillos blancos,

con camiseta blanca sus costillas,

con blanco pantalón sus pantorrillas,

con camisa blanca sus musculosos brazos

y sus ligeros pies... con blancas zapatillas.


Resultando mi amado

obra enteramente mía,

que lo he encontrado,

lavado, vestido y perfumado.


Y tal como lo he hecho lo deshago

desvistiéndolo y dejándolo desnudo

en toda la belleza de su hombría,

gacela trashumante que pasó por delante

y atrapó mi mirada palpitante un día.


Pedro Casas Serra (17-06-1992)



O FLAMINGO

Buscando estou o meu amado,
e como peregrino
penitente de um castigo divino,
debulho meu rosário
contemplando os rostos de toda a gente,
na busca de um olhar transparente
que prenda meu olhar sonhador
no transcurso do meu caminho diário.

Gazela enrubescida
que se refugia na espessura mais frondosa,
meu amado foge ao meu alcance,
temeroso que seja depredador feroz.

Às vezes, vejo a alguém que, de costas,
me parece meu amado,
e corro pressuroso e ao ver-lhe de perfil,
decepcionado, vejo
que não tem do meu amado a figura.

Meu amado é um flamingo de plumagem rosada,
pousado em uma perna, indiferente ao mundo.

Em sonhos, vejo a meu amado preso
em um canto escuro da cidade,
atado a um ofício sem futuro,
o rosto sujo, o cabelo despenteado,
besuntado de suor, sem asseio.

Então, sonho que o lavo
com sabonete de alecrim ,
que esfrego fortemente com minhas mãos
sua parte da frente, e seu cruzeiro
com esponja marinha,
para secá-lo depois com esmero
envolvendo-o uma em toalha grande, suave e fina;
e perfumo-lhe o pelo com alfazema,
faço-lhe a barba de três dias
e com loção seu rosto massageio.

Depois, contemplo a meu amado
enfeitado e de belo tipo,
levantando-se nu,
de corpo inteiro,
e sinto o que Deus possivelmente
sentiria ao contemplar Adão no primeiro dia.

Depois, visto meu amado lentamente,
cobrindo a sua natureza com cuecas brancas,
com camiseta branca os seus mamilos,
com calça branca as suas panturrilhas,
com camisa branca os seus musculosos braços,
e os seus ligeiros pés... com brancas sapatilhas.

Resulta o meu amado
obra inteiramente minha,
que o vejo,
lavado, vestido e perfumado.

E tal como o fiz, o desfaço,
despindo-o e deixando-o nu
em toda a beleza de sua masculinidade,
gazela transumante que passou diante de mim
e prendeu o meu olhar palpitante um dia

Pedro Casas Serra (17-06-1992)

(Versión de Maria Lua)

martes, 22 de octubre de 2013

"Sostener las bóvedas. Poesia de Salvador Espriu"

He publicado un libro de traducciones de los libros de poemas "Cementiri de Sinera" y "Final del laberint" del poeta catalán Salvador Espriu;

"Sostener las bóvedas. Poesía de Salvador Espriu"

Podéis bajároslo gratuitamente en:


http://www.bubok.es/libros/227223/Sostener-las-bóvedas-Poesia-de-Salvador-Espriu

lunes, 21 de octubre de 2013

"Ternura" de Vinicius de Moraes

Eu te peço perdão por te amar de repente
Embora o meu amor
seja uma velha canção nos teus ouvidos
Das horas que passei à sombra dos teus gestos
Bebendo em tua boca o perfume dos sorrisos
Das noites que vivi acalentando
Pela graça indizível
dos teus passos eternamente fugindo
Trago a doçura
dos que aceitam melancolicamente.
E posso te dizer
que o grande afeto que te deixo
Não traz o exaspero das lágrimas
nem a fascinação das promessas
Nem as misteriosas palavras
dos véus da alma...
É um sossego, uma unção,
um transbordamento de carícias
E só te pede que te repouses quieta,
muito quieta
E deixes que as mãos cálidas da noite
encontrem sem fatalidade
o olhar estático da aurora.

Vinicius de Maraes




Ternura


Yo te pido perdón por amarte de repente
Aunque mi amor
sea una vieja canción en tus oídos
De las horas que pasé a la sombra de tus gestos
Bebiendo en tu boca el perfume de las sonrisas
De las noches que viví arrullando
Por la gracia indecible
de tus pasos eternamente huyendo
Traigo la dulzura
de los que aceptan melancólicamente.
Y puedo decirte
que el gran afecto que te dejo
No trae la exasperación de las lágrimas
ni la fascinación de las promesas
Ni las misteriosas palabras
de los velos del alma...
Es un sosiego, una unción,
un desbordamiento de caricias
Y sólo te pide que reposes quieta,
muy quieta
Y dejes que las manos cálidas de la noche
encuentren sin fatalidad
el mirar estático de la aurora.

Vinicius de Moraes
(Versión de Pedro Casas Serra)

domingo, 20 de octubre de 2013

"Pátria minha" de Vinicius de Moraes

A minha pátria é como se não fosse, é íntima
Doçura e vontade de chorar; uma criança dormindo
É minha pátria. Por isso, no exílio
Assistindo dormir meu filho
Choro de saudades de minha pátria.

Se me perguntarem o que é a minha pátria, direi:
Não sei. De fato, não sei
Como, por que e quando a minha pátria
Mas sei que a minha pátria é a luz, o sal e a água
Que elaboram e liquefazem a minha mágoa
Em longas lágrimas amargas.

Vontade de beijar os olhos de minha pátria
De niná-la, de passar-lhe a mão pelos cabelos...
Vontade de mudar as cores do vestido (auriverde!) tão feias
De minha pátria, de minha pátria sem sapatos
E sem meias, pátria minha
Tão pobrinha!

Porque te amo tanto, pátria minha, eu que não tenho
Pátria, eu semente que nasci do vento
Eu que não vou e não venho, eu que permaneço
Em contato com a dor do tempo, eu elemento
De ligação entre a ação e o pensamento
Eu fio invisível no espaço de todo adeus
Eu, o sem Deus!

Tenho-te no entanto em mim como um gemido
De flor; tenho-te como um amor morrido
A quem se jurou; tenho-te como uma fé
Sem dogma; tenho-te em tudo em que não me sinto a jeito
Nesta sala estrangeira com lareira
E sem pé-direito.

Ah, pátria minha, lembra-me uma noite no Maine, Nova Inglaterra
Quando tudo passou a ser infinito e nada terra
E eu vi alfa e beta de Centauro escalarem o monte até o céu
Muitos me surpreenderam parado no campo sem luz
À espera de ver surgir a Cruz do Sul
Que eu sabia, mas amanheceu...

Fonte de mel, bicho triste, pátria minha
Amada, idolatrada, salve, salve!
Que mais doce esperança acorrentada
O não poder dizer-te: aguarda...
Não tardo!

Quero rever-te, pátria minha, e para
Rever-te me esqueci de tudo
Fui cego, estropiado, surdo, mudo
Vi minha humilde morte cara a cara
Rasguei poemas, mulheres, horizontes
Fiquei simples, sem fontes.

Pátria minha... A minha pátria não é florão, nem ostenta
Lábaro não; a minha pátria é desolação
De caminhos, a minha pátria é terra sedenta
E praia branca; a minha pátria é o grande rio secular
Que bebe nuvem, come terra
E urina mar.

Mais do que a mais garrida a minha pátria tem
Uma quentura, um querer bem, um bem
Um libertas quae sera tamen
Que um dia traduzi num exame escrito:
"Liberta que serás também"
E repito!

Ponho no vento o ouvido e escuto a brisa
Que brinca em teus cabelos e te alisa
Pátria minha, e perfuma o teu chão...
Que vontade me vem de adormecer-me
Entre teus doces montes, pátria minha
Atento à fome em tuas entranhas
E ao batuque em teu coração.

Não te direi o nome, pátria minha
Teu nome é pátria amada, é patriazinha
Não rima com mãe gentil
Vives em mim como uma filha, que és
Uma ilha de ternura: a Ilha
Brasil, talvez.

Agora chamarei a amiga cotovia
E pedirei que peça ao rouxinol do dia
Que peça ao sabiá
Para levar-te presto este avigrama:
"Pátria minha, saudades de quem te ama…
Vinicius de Moraes."

Vinicius de Moraes



Patria mía


Mi patria es como si no fuera, es íntima
Dulzura y ganas de llorar; un niño durmiendo
es mi patria. Por eso, en el exilio
Viendo dormir a mi hijo
Lloro de nostalgia de mi patria.

Si me preguntaran lo que es mi patria, diría:
No sé. De hecho, no sé
Cómo, por qué y cuándo es mi patria
Pero sé que mi patria es la luz, la sal y el agua
Que elaboran y licúan mi tristeza
En largas lágrimas amargas.

Deseos de besar los ojos de mi patria
De acunarla, de pasarle la mano por los cabellos...
Deseos de cambiar los colores del vestido (¡auriverde!) tan feos
De mi patria, de mi patria sin zapatos
Y sin calcetines, patria mía
¡Tan paupérrima!

Porque te amo tanto, patria mía, yo que no tengo
Patria, yo semilla que nací del viento
Yo que no voy y no vengo, yo que permanezco
En contacto con el dolor del tiempo, yo elemento
De conexión entre la acción y el pensamiento
Yo hilo invisible en el espacio de todo adiós
¡Yo, el sin Dios!

Te tengo sin embargo en mí como un gemido
De flor; te tengo como un amor muerto
A quién se juró; te tengo como una fe
Sin dogma; te tengo en todo lo que no me siento a gusto
En esta sala extranjera con chimenea
Y sin columna.

¡Ah, patria mía!, recuerdo una noche en el Maine, Nueva Inglaterra
Cuando todo pasó a ser infinito y nada tierra
Y yo vi alfa y beta de Centauro escalar el monte hasta el cielo
Muchos me sorprendieron parado en el campo sin luz
A la espera de ver surgir la Cruz del Sur
Que yo conocía, pero amaneció...

Fuente de miel, bicho triste, patria mía
Amada, idolatrada, ¡salve, salve!
Que más dulce esperanza encadenada
El no poder decirte: aguarda...
¡No tardo!

Quiero volverte a ver, patria mía, y para
Volverte a ver me olvidé de todo
Fui ciego, mutilado, sordo, mudo
Vi mi humilde muerte cara a cara
Rasgué poemas, mujeres, horizontes
Quedé simple, sin fuentes.

Patria mía... Mi patria no es florón, ni ostenta
Lábaro no; mi patria es desolación
De caminos, mi patria es tierra sedienta
Y playa blanca; mi patria es el gran río secular
Que bebe nube, come tierra
Y orina mar.

Más que la más garrida mi patria tiene
Una calidez, un querer bien, un bien
Un libertas quae sera tamen
Que un día traduje en un examen escrito:
"Libre que serás también"
¡Y repito!

Pongo en el viento el oído y escucho la brisa
Que juguetea en tus cabellos y te los alisa
Patria mía, y perfuma tu suelo...
Que ganas me vienen de adormecerme
Entre tus dulces montes, patria mía
Atento al hambre en tus entrañas
Y al batuque en tu corazón.

No te nombraré, patria mía
Tu nombre es patria amada, es patriecita
No rima con madre gentil
Vives en mí como una hija, que eres
Una isla de ternura: la Isla
Brasil, tal vez.

Ahora llamaré a la amiga calandria
Y le pediré que pida al ruiseñor del día
Que pida al tordo
Para llevarte presto este avigrama:
"Patria mía, recuerdos de quien te ama…
Vinicius de Moraes."

Vinicius de Moraes
(versión de Pedro Casas Serra)

sábado, 19 de octubre de 2013

"Os acrobatas" de Vinicius de Moraes

Subamos!
Subamos acima
Subamos além, subamos
Acima do além, subamos!
Com a posse física dos braços
Inelutavelmente galgaremos
O grande mar de estrelas
Através de milênios de luz.

Subamos!
Como dois atletas
O rosto petrificado
No pálido sorriso do esforço
Subamos acima
Com a posse física dos braços
E os músculos desmesurados
Na calma convulsa da ascensão.

Oh, acima
Mais longe que tudo
Além, mais longe que acima do além!
Como dois acrobatas
Subamos, lentíssimos
Lá onde o infinito
De tão infinito
Nem mais nome tem
Subamos!

Tensos
Pela corda luminosa
Que pende invisível
E cujos nós são astros
Queimando nas mãos
Subamos à tona
Do grande mar de estrelas
Onde dorme a noite
Subamos!

Tu e eu, herméticos
As nádegas duras
A carótida nodosa
Na fibra do pescoço
Os pés agudos em ponta.

Como no espasmo.

E quando
Lá, acima
Além, mais longe que acima do além
Adiante do véu de Betelgeuse
Depois do país de Altair
Sobre o cérebro de Deus

Num último impulso
Libertados do espírito
Despojados da carne
Nós nos possuiremos.

E morreremos
Morreremos alto, imensamente
IMENSAMENTE ALTO.

Vinicius de Moraes





Los acróbatas


¡Subamos!
Subamos arriba
Subamos más arriba, subamos
Por encima de más arriba, !subamos!
Con la fuerza física de los brazos
Inevitablemente ascenderemos
El gran mar de estrellas
A través de milenios de luz.

¡Subamos!
Como dos atletas
El rostro petrificado
En la pálida sonrisa del esfuerzo
Subamos arriba
Con la fuerza física de los brazos
Y los músculos desmesurados
En la calma convulsa del ascenso.

¡Oh!, arriba
Más lejos que todo
Más lejos, ¡más lejos que por encima de lo más lejos!
Como dos acróbatas
Subamos, lentísimos
Allá donde el infinito
De tan infinito
Ni nombre tiene
¡Subamos!

Tensos
Por la cuerda luminosa
Que pende invisible
Y cuyos nudos son astros
Quemando en las manos
Subamos al aria
Del gran mar de estrellas
Donde duerme la noche
¡Subamos!

Tú y yo, herméticos
Las nalgas duras
La carótida nudosa
En la fibra del cuello
Los pies agudos en punta.

Como en el espasmo.

Y cuando
Allá, arriba
Más allá, más lejos que por encima del más allá
Delante del velo de Betelgeuse
Tras el país de Altair
Sobre el cerebro de Dios

En un último impulso
Liberados del espíritu
Despojados de la carne
Desnudos nos poseeremos.

Y moriremos
Moriremos alto, inmensamente
INMENSAMENTE ALTO.

Vinicius de Moraes
(versión de Pedro Casas Serra)

viernes, 18 de octubre de 2013

"Balada para Maria" de Vinicius de Moraes

Não sei o que me angustia
Tardiamente; em meu peito
Vive dormindo perfeito
O sono dessa agonia...
Saudades tuas, Maria?
Na volúpia de uma flora
Úmida, pecaminosa
Nasceu a primeira rosa
Fria...

Perdi o prazer da hora.

Mas se num momento cresce
O sangue, e me engrossa a veia
Maria, que coisa feia!
Todo o meu corpo estremece...
E dos colmos altos, ricos
Em resinas odorantes
Pressinto o coito dos micos
E o amor das cobras possantes.

No mundo há tantos amantes...

Maria...
Cantar-te-ei brasileiro:
Maria, sou teu escravo!
A rosa é a mulher do cravo...
Dá-me o beijo derradeiro?
- Cobrir-te-ei de pomada
Do pólen das flores puras
E te fecundarei deitada
Num chão de frutas maduras
Maria... e morangos, quantos!
E tu que adoras morango!
Dormirás sobre agapantos...
- Fingirei de orangotango!

Não queres mesmo, Maria?

No lombo morno dos gatos
Aprendi muita carícia...
Para fazer-te a delícia
Só terei gestos exatos.

E não bastasse, Maria...

E morro nessas montanhas
Entre as imagens castanhas
Da tua melancolia...

Vinicius de Moraes




Balada para María


No sé lo que me angustia
Tardíamente; en mi pecho
Vive durmiendo perfecto
El sueño de esa agonía...
¿Nostalgias tuyas, María?
En la voluptuosidad de una flora
Húmeda, pecaminosa
Nació la primera rosa
Fría...

Perdí el placer de la hora.

Pero si en un momento crece
La sangre, y me engrosa la vena
María, ¡que cosa más fea!
Todo mi cuerpo se estremece...
Y de los colmos altos, ricos
En resinas olorosas
Presiento el coito de los micos
Y el amor de las cobras potentes.

En el mundo hay tantos amantes...

María...
Te cantaré brasileño:
¡María, soy tu esclavo!
La rosa es la mujer del clavel...
¿Me das el beso postrero?
- Te cubriré de pomada
Del polen de las flores puras
Y te fecundaré acostada
En un suelo de frutas maduras
María... y fresas, ¡cuántas!
¡Y tú que adoras las fresas!
Dormirás sobre agapantos...
- ¡Fingiré ser orangután!

¿No quieres aún, María?

En el lomo tibio de los gatos
Aprendí muchas caricias...
Para hacerte las delicias
Sólo tendré gestos exactos.

Y si no bastara, María...

Y muero en esas montañas
Entre las imágenes castañas
De tu melancolía...

Vinicius de Moraes
(versión de Pedro Casas Serra)

jueves, 17 de octubre de 2013

"A brusca poesia da mulher amada" de Vinicius de Moraes

Longe dos pescadores os rios infindáveis vão morrendo de sede lentamente...
Eles foram vistos caminhando de noite para o amor - oh, a mulher amada é como a fonte!
A mulher amada é como o pensamento do filósofo sofrendo
A mulher amada é como o lago dormindo no cerro perdido
Mas quem é essa misteriosa que é como um círio crepitando no peito?
Essa que tem olhos, lábios e dedos dentro da forma inexistente?

Pelo trigo a nascer nas campinas de sol a terra amorosa elevou a face pálida dos lírios
E os lavradores foram se mudando em príncipes de mãos finas e rostos transfigurados...

Oh, a mulher amada é como a onda sozinha correndo distante das praias
Pousada no fundo estará a estrela, e mais além.

Vinicius de Moraes




La repentina poesía de la mujer amada


Lejos de los pescadores los ríos interminables van muriendo de sed lentamente...
Fueron vistos caminando de noche hacia el amor - ¡oh, la mujer amada es como la fuente!
La mujer amada es como el pensamiento del filósofo sufriendo
La mujer amada es como el lago durmiendo en el cerro perdido
Pero ¿quién es esa misteriosa que es como un cirio crepitando en el pecho?
¿Esa que tiene ojos, labios y dedos dentro de la forma inexistente?

Para el trigo a nacer en las campiñas de sol la tierra amorosa elevó la faz pálida de los lirios
Y los labradores fueron transformándose en príncipes de manos finas y rostros transfigurados...

Oh, la mujer amada es como la ola solitaria corriendo distante de las playas
Posada en el fondo estará la estrella, y más allá.

Vinicius de Moraes
(versión de Pedro Casas Serra)

miércoles, 16 de octubre de 2013

Una sonrisa escrita

UNA SONRISA ESCRITA


El día que yo muera

quiero dejar una sonrisa escrita:

gracias por tantos gestos y miradas,

por los abrazos, los besos, la ternura.


Volaré como lo hace el polluelo

con la inseguridad del primer vuelo,

pero si flores hay en esta orilla

¿por qué no habría de haberlas en la otra?


Pedro Casas Serra (15-06-1992)

martes, 15 de octubre de 2013

La conciencia de mi enfermedad

LA CONCIENCIA DE MI ENFERMEDAD


¿Cómo romper esta situación de bloqueo

a que me ha llevado la conciencia de mi enfermedad?

Estoy estabilizado en la tristeza.

Sé que en momentos de euforia

me he sentido autosuficiente y he prescindido de todos,

que he hablado por los codos, que he discutido

- me he puesto insoportable -

y que luego he sentido vergüenza de lo que había hecho

- lo que me ha impedido reanudar las relaciones rotas

hundiéndome en la soledad.

He observado también

que era zarandeado por estados de ánimo

sobre los que no tenía ningún control,

que estos cambios en el estado de ánimo

podían verse influidos por factores externos,

que las demostraciones de afecto o confianza

me ayudaban más que cualquier otro estímulo,

que la conversación, la compañía, el ejercicio físico,

me aliviaban.

Pero la conciencia de mi enfermedad

y las experiencias de sus fases depresivas

y sobre todo eufóricas, me han dejado bloqueado

porque he llegado a dudar de quien soy,

si el de ayer o el de hoy, pesimista u optimista, apático o activo

y ya no sé cuando estoy bien o mal

ni si debo obrar o no, ni cómo.

He llegado a una forma de despersonalización

en que no me atrevo a hacer nada por no hacer nada mal,

por no hacerme daño a mí ni sobre todo a otros.

Y lo que más me hace sufrir es la conciencia

de estar enfermo de una enfermedad del ánimo,

porque siendo enormemente sentimental

soy consciente de que no controlo mis emociones,

cuando por otra parte soy la persona

menos capaz de vivir sola y más necesitada de compañía,

porque mis motivaciones son exclusivamente sentimentales

y sin expresar esa emotividad, sin sentirme querido,

me siento vacío y carente de fuerza y de autoestima.


Pedro Casas Serra (12-06-1992)

lunes, 14 de octubre de 2013

La primera vez

LA PRIMERA VEZ


Llegamos al albergue que ella conocía,

de Sant Privat d'en Bas, cerca de Olot.

Yo estaba excitadísimo pero novato en sexo

no sabía que hacer. Ella me fue guiando.

Así, con nuestros cuerpos, inventándonos juegos,

jugamos como niños que estrenan un juguete,

hasta que derrengados nos quedamos dormidos.

Luego más tarde, creo, nos fuimos de paseo,

pero no se que hicimos porque iba como ido

y sentía en mi oído como un campanilleo:

¡Lo hiciste!, ¡lo hiciste!... repetía.


Pedro Casas Serra (10-06-1992)

domingo, 13 de octubre de 2013

La excursión

LA EXCURSIÓN


Salí del camping muy temprano,

mi perra por delante.

Tomé la carretera junto al río

hacia su cabecera.

A un lado veía el río

al fondo de un barranco,

al otro

trigales salpicados de amapolas,

y en los arcenes

copudos árboles

formaban casi un túnel.

Llegado al puente

donde la carretera cruza el río

y se aleja hacia el valle vecino,

donde la zona de acampada

entonces vacía,

tomé la pista

que por su margen derecho

sigue el río.

Pasé el canal de la central eléctrica

con su gorgoteo de agua al deslizarse,

llegué a la presa rota,

la que forma un remanso de aguas frías

donde me he chapuzado algunas veces,

avisté la masía abandonada

y la pequeña ermita en la colina,

alcancé la casa de colonias

y en la fuente de enfrente

bebí un trago.

Dejé la pista

y cogí un sendero

al lado de otro río

- si menos caudaloso más bravío -

y primero entre prados

- otrora cultivados

por los habitantes del molino en ruinas -

y después

entre matorrales y arbustos,

fui subiendo.

El tiempo iba pasando en el esfuerzo

y el sol, siempre más alto,

golpeaba mis espaldas

ahogándome en calor.

Sudaba.

Por eso,

me quité la camisa

y la metí en la bolsa que llevaba

con un libro, la crema y la toalla.

Pronto,

los pantalones y la camiseta

hicieron compañía a la camisa.

En slip y alpargatas

continué el camino.

Ahora el sendero

se hundía entre los árboles

formándose un ambiente

umbrío y húmedo

- era agradable.

Solo se oía el agua

y el trino de algún pájaro,

y a veces,

entre los matorrales,

vislumbraba el torrente.

Estaba entre semana,

en un sendero ignoto

inaccesible para los automóviles,

por eso

me quité el bañador y las alpargatas

y me quedé desnudo.

Y seguí caminando

desnudo.

Mis pies

me transmitían el pulso de la tierra,

mis oídos estaban

listos al menor ruido

y mi vista escrutaba el territorio

para librarme de cualquier tropiezo,

en tanto mis pulmones

se llenaban de la humedad del bosque;

y estaba todo sensibilizado,

en tensión,

y andaba presuroso,

saltando y brincando,

casi corriendo,

sintiéndome radiante,

lleno de fuerza y vida, liberado

de ataduras y angustias,

como formando parte

de un espacio naciente

que hollara yo el primero

descendiendo

genéticamente

por el árbol de la especie...

Alcancé el viejo puente

y bajé hasta un recodo del torrente

donde el margen de piedra

lavado por el agua

forma un solárium natural.

Allí pasé el día.

Retocé como un niño

deslizándome por las bruñidas losas,

sumergiéndome en hoyos

en que el frío

me cortaba el aliento

para luego tenderme

a secar en la orilla,

los miembros extendidos como un cristo,

abrazando ora el sol

ora la tierra;

y otra vez remojones

y otra vez secados,

adormilándome y desperezándome,

hasta que el sol se subió a la montaña

dejando el río en sombras.

Entonces, de regreso,

bajé por el torrente

dejándome llevar

hasta la casa de colonias,

puse allí pie en la orilla,

extraje de mi bolsa

toda mi indumentaria,

me vestí,

bebí un trago en la fuente...

y regresé hacia el camping,

mi perra por delante.


Pedro Casas Serra (05-06-1992)

sábado, 12 de octubre de 2013

Primera visita a la sauna

PRIMERA VISITA A LA SAUNA


A la entrada – discretamente

privada por las plantas -

un conserje -desagradablemente

amanerado – te cobra el ticket

y te da la llave, un paño, una toalla

y unas zapatillas. Siguiendo un pasillo

llegas al vestuario repleto de espejos

por los que mirar, mirarle, mirarte,

mirarse, miraros. Has llegado al reino

de la mirada: esquiva, angulada,

rápida, oculta, inapreciable..

Te quitas la ropa, enrollas el paño,

echas la toalla, calzas zapatillas

y de la muñeca, te cuelgas la llave.

Ya dispuesto, bajas por una escalera

y lo primero que ves, es la piscina

de agua burbujeante, de la que, desnuda,

la gente entra y sale cual de una pecera.

Gente que al cruzarse apenas se mira,

que no se saluda pero que se sigue

al reino del tacto. Este da comienzo

en el laberinto: totalmente oscuro,

música suave, camastros con cuerpos

que aguardan pacientes en total reposo.

Junto a él la sauna – de breve visita

dado su calor – y luego el vapor

- donde es como adentrarse en una nube -

y tantendo encuentras otro cuerpo

que también te tantea en mutuo reconocimiento.

Luego vais a la sala común de duchas

- paraíso de mirones – y pasado

el cuartito de la televisión

- todo un toque hogareño – y el bar,

llegáis a las cabinas de masaje…


Pedro Casas Serra (01-06-1992)

sábado, 5 de octubre de 2013

El chico de la playa

EL CHICO DE LA PLAYA


Te recuerdo desnudo, tendiéndome la mano

en el difícil paso del sendero que a pico

bajaba hasta la playa nudista del Algarbe.


Cuando me hallé en peligro no hizo falta llamarte,

viniste al ver mi apuro, y salvado el obstáculo

desapareciste sin mediar palabra.


Y me ha quedado la imborrable imagen

de que eras como un héroe pagano

nacido de la tierra, el sol y el aire,


que encarnabas la vida

surgiendo del paisaje entre las peñas.


Pedro Casas Serra (28-05-1992)