COSINS
L'espessa nit d'agost
els atuïa els membres.
Ella i ell, enfilats
dalt d'aquella caseta
del terrat,
miraven les estrelles,
com qui mirar
el mapa del futur.
Cadascú el seu futur,
el d'ella,
cenyit a l'esplendor
del seu cos,
flor de disset anys
verges,
que els borinots dels
amics d'ell assetgen.
Ell d'ell, futur
mental, futur de subterfugis:
un embolic de
sentiments
menyspreats per la por
de la carn.
I aquella carn
pletòrica, la d'ella,
i la carn d'ell, més
lànguida,
però no per això
menys ardent,
com resplendien en la
nit obscura,
pels disset anys tan
tesos,
pel flamareig del sol
amuntegat!
La pell tibada de la
nit,
la xafogor sobre el
terrat roent,
el riu de sang tan
semblant que corria
per aquells cossos tan
junts i distants...
Tot va quedar en ocasió
perduda.
A dalt del cel, potser,
somreien les estrelles.
A baix, però, bordava
ja, incansable,
esperant-los,
la canilla del futur.
Narcís Comadira (Enigma,
1985)
PRIMOS
La espesa noche de agosto
les aturdía los miembros.
Ella y él, subidos
a aquella caseta de la azotea,
miraban las estrellas, como quién mira
La espesa noche de agosto
les aturdía los miembros.
Ella y él, subidos
a aquella caseta de la azotea,
miraban las estrellas, como quién mira
el mapa del
futuro.
Cada cual su futuro, el de ella,
ceñido al esplendor de su cuerpo,
flor de diecisiete años vírgenes,
que asedian los moscardones de los amigos de él.
Él de él, un futuro mental, un futuro de subterfugios:
un lío de sentimientos
menospreciados por el miedo a la carne.
Cada cual su futuro, el de ella,
ceñido al esplendor de su cuerpo,
flor de diecisiete años vírgenes,
que asedian los moscardones de los amigos de él.
Él de él, un futuro mental, un futuro de subterfugios:
un lío de sentimientos
menospreciados por el miedo a la carne.
Y aquella carne
pletórica, la de ella,
y la carne de él, más lánguida,
pero no por eso menos ardiente,
¡cómo resplandecían en la oscura noche,
por los diecisiete años tan tensos,
por el llamear acumulado del sol!
La piel tensa de la noche,
el bochorno sobre la azotea al rojo vivo,
el río de sangre tan parecido que corría
por aquellos cuerpos tan juntos y tan distantes...
Todo quedó en ocasión perdida.
Arriba en el cielo, quizás, sonreían las estrellas.
Pero abajo, ladraba ya, incansable,
esperándoles,
la jauría del futuro.
y la carne de él, más lánguida,
pero no por eso menos ardiente,
¡cómo resplandecían en la oscura noche,
por los diecisiete años tan tensos,
por el llamear acumulado del sol!
La piel tensa de la noche,
el bochorno sobre la azotea al rojo vivo,
el río de sangre tan parecido que corría
por aquellos cuerpos tan juntos y tan distantes...
Todo quedó en ocasión perdida.
Arriba en el cielo, quizás, sonreían las estrellas.
Pero abajo, ladraba ya, incansable,
esperándoles,
la jauría del futuro.
Narcís Comadira
(Versión de Pedro Casas Serra)
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