As tuas mãos têm grossas veias como cordas azuis
sobre um fundo de manchas já da cor da terra
- como são belas as tuas mãos
pelo quanto lidaram, acariciaram ou fremiram da nobre cólera dos justos...
Porque há nas tuas mãos, meu velho pai, essa beleza que se chama simplemente vida.
E, ao entardecer, quando elas repousam nos braços da tua cadeira predileta,
uma luz parece vir de dentro delas...
Virá dessa chama que pouco a pouco, longamente, vieste alimentando na terrível solidão do mundo,
como quem junta unas gravetos e tenta acendê-los contra o vento?
Ah Como os fizeste arder, fulgir, com o milagre das tuas mãos!
E é, ainda, a vida que transfigura as tuas mãos nodosas...
essa chama de vida - que transcende a própria vida
...e que os Anjos, um dia, chamarão de alma.
Mario Quintana (Esconderijos do Tempo, 1980)
LAS MANOS DE MI PADRE
Tus manos tienen gruesas venas como cuerdas azules
sobre un fondo de manchas del color de la tierra
-qué bellas son tus manos
por cuanto lidiaron, acariciaron o temblaron por la noble cólera de los justos...
Porque hay en tus manos, viejo padre mío, esa belleza que se llama simplemente vida.
Y, al atardecer, cuando reposan en los brazos de tu sillón preferido,
una luz parece venir de su interior...
¿Procederá de esa llama que poco a poco, constantemente, fuiste alimentando en la terrible soledad del mundo,
como quien junta unas ramitas e intenta encenderlas contra el viento?
¡Ah, cómo las hiciste arder, fulgir, con el milagro de tus manos!
Y aún, es la vida la que transfigura tus manos nudosas...
esa llama de vida -que transciende la propia vida
...y que los Ángeles, un día, llamarán de alma.
Mario Quintana (Esconderijos do Tempo, 1980)
(Versión de Pedro Casas Serra)
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