viernes, 31 de diciembre de 2021

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 127 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

 
Invocación a mi padre https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2016/08/invocacion-mi-padre.html A los padres siempre se les echa de menos y cuando vas adquiriendo responsabilidades, más. La relación con nuestros padres, a causa de la diferencia de edad y de situación, fue desigual, y al alcanzar responsabilidades y dificultades en las que ellos podrían aconsejarnos ya no están para hacerlo. No sé si lo habrá oído, aunque él hablaba con sus difuntos (o eso decía). A mí me gustaría poder hacerlo con él, pero me lo represento. Las dificultades de comunicación con los padres se deben a la diferencia de edad y circunstancias que tenemos respecto a ellos; en vida siempre nos llevan 30 o más años y los mundos respectivos son distintos. Eso dificulta que puedan ayudarnos con su experiencia, aunque sí pueden hacerlo siempre con el recuerdo de su ejemplo y conducta. Imagino el tesoro de experiencias que podríamos compartir con nuestros padres si viviéramos con una edad más próxima, con un estatus más parecido. Hoy, en que la media de longevidad del hombre ha crecido mucho, ello es más fácil, pero siguen habiendo distancias culturales, religiosas, de educación, que hacen difícil la comunicación y el aprovechamiento de sus experiencias vitales. En muchos aspectos, no sólo físicos, reproducimos a nuestros padres. Lo malo es que las experiencias no se transmiten porque vivimos en diferentes tiempos históricos: cuando nosotros somos niños, ellos son adultos, cuando nosotros somos adultos, ellos son ancianos o han muerto. Te imaginas cómo podrían ilustrarnos unos padres que fueran de nuestra edad. Con los padres pasamos por muchas etapas, desde la admiración de la infancia, pasando por la rebeldía de la adolescencia y la indiferencia de la juventud, y cuando mejor podríamos entendernos, desaparecen. La educación y las circunstancias alejaban a nuestros padres de nosotros. Ellos tenían que traer el dinero a casa; la educación de los hijos quedaba en manos sólo de las madres. Eso nos hizo desconocerlos en gran parte lo que equivalía a desconocernos en parte a nosotros mismos.

La poesía es un juego.

El cariño nos sobrevive.

A menudo pinto al aire libre, y en los parques de Barcelona veo siempre personas, grupos de personas, que viven en ellos: comen, duermen... sin presente y sin futuro.

Ceder al amor siempre.

Hablamos de nuestra historia, de la que hemos vivido, de aquella en la que hemos participado y que ya pertenece a los libros, al mito, a la fábula; como nosotros mismos.

Poeta, sí, pero hay tantas maneras de serlo.

El momento presente donde tantos lo publican todo en Internet. (Me acuerdo de un antiguo profesor mío de ESADE que al acabar su clase borraba cuidadosamente de la pizarra todo lo que había escrito (claro que él tenía sus razones, era un represaliado por el franquismo por pertenecer a la Asociación Democrática de Militares).

Con una llama se representaba en los cuadros barrocos la inspiración divina.

Hay el amor de la mística y la mística del amor.

En Cataluña, Joan Margarir, casi desde el principio escribió sus poemas en catalán y castellano, y así los tiene publicados en libro. Él, en alguna entrevista, dice que sus poemas van surgiendo a la vez en ambas lenguas, cosa que él explica por las circunstancias históricas que le hicieron bilingüe.

Es necesario aprender a estar solo con uno mismo. 

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