Para mí, es real esa sensación de que llego tarde a todas partes y de
que cuando empiezo a entender algo ya no me queda tiempo.
Curioso como los del norte sueñan con el sur y los del sur con el norte.
Tememos a los que vienen en son de guerra pero también a los que vienen en son de paz, y, claro, esto no puede ser.
Ellos huyen de la guerra, del hambre, que nosotros hemos contribuido a crear.
Veo a Don Quijote como a un hombre mayor con el alma de un niño.
Me
emociona ver esas madres que se van haciendo chiquitas con los años,
pero conservan esa pulcritud en su aspecto, esa delicadeza en sus
gestos, esa mirada cariñosa cuando ven a sus hijos: esas ancianas deliciosas.
Preciosa estampa: los arcenes de las carreteras de Menorca cubiertos de flores silvestres en primavera.
Las cicatrices también son medallas que nos pone la vida.
Vivimos
en un mundo gris, de gentes grises y esperanzas grises y parece ser que
con gusto (claro que el siglo XX fue un tiempo de grandes ideales y
tampoco es que haya dejado muy buen recuerdo).
El mar es el camino más ancho.
Ese
condicional que nos persigue recordándonos todo cuanto ahora hubiéramos
querido hacer de otra manera: a la vez pecado y penitencia.
La espera tiene mucho de esperanza.
El amor más duradero es el que se tiene uno mismo.
Leyendo
el libro de Gerald Brenan, Al sur de Granada (pág. 255): "El rey de
Tartesos, que llevaba el nombre celta de Argantonio..." (como un
compañero del foro).
Dicen que en el extremo del arcoiris hay una
olla llena de monedas de oro. Lo cierto es que su aparición siempre es
motivo de alegría y testimonio de la belleza del mundo.
Intentar ver las cosas de otra manera, es una buena idea para entenderlas mejor.
Hace
cien años, había quien no conocía lo que había tras el monte de su
pueblo, hoy todos sabemos que hay otros pueblos y otros montes.
Las penas las adormecen los recuerdos.
A todos nos gusta recibir comentarios y hacerlos no cuesta mucho esfuerzo.
Son tantas las barbaridades que conocemos a diario que unas tapan a las otras y las olvidamos.
El horizonte siempre parece al alcance pero no se alcanza nunca.
No se puede vivir sin ilusiones.
¿Qué encerraría yo en ella si tuviera una caja fuerte?
Me gusta pensar que no dejamos de aprender nunca y que en todas partes podemos encontrar quien nos enseñe.
Un poema un tanto surrealista como esos dibujos de números que hay que seguir con un bolígrafo para completarlos.
La
voz existe y la gente oye, pero las voces están gastadas y los oídos
embotados, por eso hacen falta nuevos oídos y nuevas voces.
Cuando uno se va no se lleva nada. Como dijo D. Antonio Machado: "me encontraréis a bordo, ligero de equipaje".
Llenamos
nuestra casa -como los pájaros su nido-, con multitud de cosas que nos
ayudan a sentirnos más cómodos. También seleccionamos los recuerdos.
Esto
de estar en la cresta de la ola tiene unos años, los que ocupan el
centro de la vida, en que muchas personas dependen de ti. Después, la
ola te pasa por encima y lo que cuenta es no ahogarse.
¡No tenemos bastante con nuestros propios miedos, que quieren infundirnos otros!
El oráculo de Delfos https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2020/11/el-oraculo-de-delfos-sonetos-griegos.html Yo creo que consultar oráculos desorienta más que orienta. No es que
pretenda enseñar nada, pero sí creo que del pasado se puede sacar
enseñanza. Creo que las encuestas hoy vienen a ser como los oráculos de
Grecia, y muchos que confían en ellas también se equivocan.
martes, 14 de diciembre de 2021
Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 110 (mis comentarios en airesdelibertad.com)
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