lunes, 11 de enero de 2016

“OS ESTATUTOS DO HOMEM“ de Thiago de Mello (De Os Estatutos do Homem, 1977)

OS ESTATUTOS DO HOMEM



(Ato Institucional Permanente)

A Carlos Heitor Cony

Artigo I

Fica decretado que agora vale a verdade.
agora vale a vida,
e de mãos dadas,
marcharemos todos pela vida verdadeira.

Artigo II

Fica decretado que todos os dias da semana,
inclusive as terças-feiras mais cinzentas,
têm direito a converter-se em manhãs de domingo.

Artigo III

Fica decretado que, a partir deste instante,
haverá girassóis em todas as janelas,
que os girassóis terão direito
a abrir-se dentro da sombra;
e que as janelas devem permanecer, o dia inteiro,
abertas para o verde onde cresce a esperança.

Artigo IV

Fica decretado que o homem
não precisará nunca mais
duvidar do homem.
Que o homem confiará no homem
como a palmeira confia no vento,
como o vento confia no ar,
como o ar confia no campo azul do céu.

Parágrafo único:

O homem, confiará no homem
como um menino confia em outro menino.

Artigo V

Fica decretado que os homens
estão livres do jugo da mentira.
Nunca mais será preciso usar
a couraça do silêncio
nem a armadura de palavras.
O homem se sentará à mesa
com seu olhar limpo
porque a verdade passará a ser servida
antes da sobremesa.

Artigo VI

Fica estabelecida, durante dez séculos,
a prática sonhada pelo profeta Isaías,
e o lobo e o cordeiro pastarão juntos
e a comida de ambos terá o mesmo gosto de aurora.

Artigo VII

Por decreto irrevogável fica estabelecido
o reinado permanente da justiça e da claridade,
e a alegria será uma bandeira generosa
para sempre desfraldada na alma do povo.

Artigo VIII

Fica decretado que a maior dor
sempre foi e será sempre
não poder dar-se amor a quem se ama
e saber que é a água
que dá à planta o milagre da flor.

Artigo IX

Fica permitido que o pão de cada dia
tenha no homem o sinal de seu suor.
Mas que sobretudo tenha
sempre o quente sabor da ternura.

Artigo X

Fica permitido a qualquer pessoa,
qualquer hora da vida,
uso do traje branco.

Artigo XI

Fica decretado, por definição,
que o homem é um animal que ama
e que por isso é belo,
muito mais belo que a estrela da manhã.

Artigo XII

Decreta-se que nada será obrigado
nem proibido,
tudo será permitido,
inclusive brincar com os rinocerontes
e caminhar pelas tardes
com uma imensa begônia na lapela.

Parágrafo único:

Só uma coisa fica proibida:
amar sem amor.

Artigo XIII

Fica decretado que o dinheiro
não poderá nunca mais comprar
o sol das manhãs vindouras.
Expulso do grande baú do medo,
o dinheiro se transformará em uma espada fraternal
para defender o direito de cantar
e a festa do dia que chegou.

Artigo Final

Fica proibido o uso da palavra liberdade,
a qual será suprimida dos dicionários
e do pântano enganoso das bocas.
A partir deste instante
a liberdade será algo vivo e transparente
como um fogo ou um rio,
como a semente do trigo
e a sua morada será sempre
o coração do homem.

(Santiago do Chile, abril de 1964)

Thiago de Mello, Os Estatutos do Homem, 1977.
LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE

(Acto Institucional Permanente)

A Carlos Heitor Cony

Artículo I

Queda decretado que ahora vale la verdad.
Que ahora vale la vida,
y que, de la mano,
marcharemos todos por la vida verdadera.

Artículo II

Queda decretado que todos los días de la semana,
inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo. 
 
Artículo III

Queda decretado que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho
a abrirse en la oscuridad;
y que las ventanas deben permanecer, todo el día,
abiertas al verdor donde crece la esperanza. 
 
Artículo IV

Queda decretado que el hombre
no necesitará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.

Párrafo único:

El hombre, confiará en el hombre
como un niñoconfía en otro niño. 
 
Artículo V

Queda decretado que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con su mirada limpia
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre. 
 
Artículo VI

Queda establecida, durante diez siglos,
la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo VII

Por decreto irrevocable queda establecido
el reinado permanente de la justicia y de la claridad,
y la alegría será una bandera generosa
enarbolada para siempre en el alma del pueblo. 
 
Artículo VIII

Queda decretado que el mayor dolor
siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quién se ama
sabiendo que es el agua
lo que da a la planta el milagro de la flor.

Artículo IX

Queda permitido que el pan de cada día
tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga
siempre el caliente sabor de la ternura. 
 
Artículo X

Queda permitido a cualquier persona,
en cualquier momento de su vida,
el uso del traje blanco.

Artículo XI

Queda decretado, por definición,
que el hombre es un animal que ama
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana. 
 
Artículo XII

Se decreta que nada será obligado
ni prohibido,
todo será permitido,
inclusive juguetear con los rinocerontes
y caminar por las tardes
con una inmensa begonia en la solapa.

Párrafo único:

Sólo una cosa queda prohibida:
amar sin amor. 
 
Artículo XIII

Queda decretado que el dinero
nunca más podrá comprar
el sol de las mañanas venideras.
Expulsado del gran baúl del miedo,
el dinero se transformará en una espada fraternal
para defender el derecho de cantar
y la fiesta del día que llegó. 
 
Artículo Final

Queda prohibido el uso de la palabra libertad,
la cual será suprimida de los diccionarios
y del pantano engañoso de las bocas.
A partir de este instante
la libertad será algo vivo y transparente
como un fuego o un río,
o como la semilla del trigo
y su morada será siempre
el corazón del hombre.
(Santiago de Chile, abril de 1964)

Thiago de Mello, Los estatutos del hombre, 1977.
(Versión de Pedro Casas Serra)

No hay comentarios:

Publicar un comentario