Basta-me um pequeno gesto
feito de longe e de leve,
para que venhas comigo
e eu para sempre te leve...
- mas só esse eu não farei.
Uma palavra caída
das montanhas dos instantes
desmancha todos os mares
e une as terras mais distantes...
- palavra que não direi.
Para que tu me adivinhes,
entre os ventos taciturnos,
apago meus pensamentos,
ponho vestidos noturnos,
- que amargamente inventei.
E, enquanto não me descobres,
os mundos vão navegando
nos ares certos do tempo,
até não se sabe quando...
- e um dia me acabarei.
Cecilia Meireles, Viagem, 1939.
TIMIDEZ
Me basta un pequeño gesto
hecho de lejos y leve,
para que vengas conmigo
y para siempre te lleve...
- pero ése sólo no haré.
Una palabra caída
de las montañas de instantes
deshace todos los mares
y une las tierras distantes...
- palabra que no diré.
Para que tú me adivines,
entre vientos taciturnos,
apago mis pensamientos,
pongo vestidos nocturnos,
- que amargamente inventé.
Y, mientras no me descubres,
los mundos van navegando
en aires ciertos del tiempo,
hasta no se sabe cuando...
- y un día me acabaré.
Cecilia Meireles
(Versión de Pedro Casas Serra)
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Hermosísimo poema, éste, como todos los de Cecilia Meireles. Exquisita su sensibilidad.
ResponderEliminarUn placer leerlo. Gracias por compartir, Pedro.
Un abrazo
Gracias a ti por tu interés, Candela.
ResponderEliminarUn abrazo.