SI JO EM LLEVAVA DE BON DEMATÍ
Si jo em llevava de bon dematí
el sol encara a pleret s'hi arronsava;
tresca que tresca, si feia camí
a cada pas un fanal s'apagava.
La marmanyera em venia al costat
a l'altra banda, plena la faldada:
el marxapeu ja semblava un mercat.
I era tot fresc, d'un alé de rosada.
Àdhucla boira em desvetlla els
sentits,
que era tan dolça perquè s'aclaria.
Al plat de nata afinava els seus dits
el xavalet, llepoleig del bon dia.
La peixatera duia el cove al cap
i el peix saltava, pres dins la falsia;
l'obrer passava i li deia qui sap;
jo he entès només que nomia Maria.
Maria avançacom la daina al vol:
al carretó de cafè amb llet s'atura;
reprèn la marxa, que el treball no
dol,
i els ulls li brillen, que sembla una
fura.
Com sap estendre els diaris primers
aquest bon home, a mida que arriben:
diria l'u ço que diria el terç
i l'u voldriem que els altres no
priven.
Als molls les dèries retornen al joc
i a mi em plau força passar per la
riba,
el sol ja mostra sa llengua de foc
quan l'esquellot fa descobrir l'estiba.
Igual els carros; desvetllen el cor.
I la ciutat es desemperesia.
Ara sentia una mica d'amor:
goig de llevar-me matí cada dia.
JOAN SALVAT-PAPASSEIT
*
Lo mismo los carros; despiertan el corazón.
Y la ciudad se desesperezaba.
Ahora sentía un poco de amor:
Gozo de levantarme temprano cada día.
SI ME LEVANTABA DE BUENA MAÑANA
Si me levantaba de buena mañana
poco a poco el sol aún se encogía;
trisca que trisca, si caminaba
a cada paso una farola se apagaba.
La verdulera iba a mi lado
de la otra parte, llena la haldada:
ya el umbral parecía un mercado.
Y todo estaba fresco, con aliento a rocío.
Incluso la niebla me despierta los sentidos,
tan dulce era porque se aclaraba.
En el plato de nata afinaba sus dedos
el chavalín, goloso del buen día.
La pescadera llevaba el cesto en la cabeza
y el pescado saltaba, preso entre los helechos;
el obrero pasaba y le decía quién sabe:
Yo he entendido solo que la llamaba María.
María avanza como gacela al vuelo:
en el carrito de café con leche se para;
reanuda su marcha, que el trabajo no duele,
y los ojos le brillan, como los de un hurón.
Qué bien sabe extender los primeros diarios
poco a poco el sol aún se encogía;
trisca que trisca, si caminaba
a cada paso una farola se apagaba.
La verdulera iba a mi lado
de la otra parte, llena la haldada:
ya el umbral parecía un mercado.
Y todo estaba fresco, con aliento a rocío.
Incluso la niebla me despierta los sentidos,
tan dulce era porque se aclaraba.
En el plato de nata afinaba sus dedos
el chavalín, goloso del buen día.
La pescadera llevaba el cesto en la cabeza
y el pescado saltaba, preso entre los helechos;
el obrero pasaba y le decía quién sabe:
Yo he entendido solo que la llamaba María.
María avanza como gacela al vuelo:
en el carrito de café con leche se para;
reanuda su marcha, que el trabajo no duele,
y los ojos le brillan, como los de un hurón.
Qué bien sabe extender los primeros diarios
este buen hombre, a medida que
llegan:
diría el primero lo que diría el tercero
y el primero querríamos que los son innecesarios.
En los muelles las preocupaciones vuelven al juego
y a mí me gusta mucho pasar por la orilla.
el sol ya muestra su lengua de fuego
cuando el cencerro hace ver la estiba:
diría el primero lo que diría el tercero
y el primero querríamos que los son innecesarios.
En los muelles las preocupaciones vuelven al juego
y a mí me gusta mucho pasar por la orilla.
el sol ya muestra su lengua de fuego
cuando el cencerro hace ver la estiba:
Lo mismo los carros; despiertan el corazón.
Y la ciudad se desesperezaba.
Ahora sentía un poco de amor:
Gozo de levantarme temprano cada día.
JOAN SALVAT-PAPASSEIT
(Versión de Pedro Casas Serra)
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