VALENTÍN
Hallábame en el borde de un camino
abrupto, recorridas muchas horas
sin otra cosa que comer que moras
y muy lejos aún de mi destino.
Tales eran mis cuitas, cuando vino
hacia mí una zagala con mejoras
de que cerca de allí mujeres moras
me ofrecían posada y aún tocino.
Yo soy cristiano viejo, mis blasones
ni un azumbre recogen de Tobías,
las hijas de mi abuelo Zacarías
tengo en clausura, pero... de ocasiones
como ésta no se dan todos los días:
¡Santiago y cierra España! ¡Por mis tías!
Pedro Casas Serra (16-10-2009)
Excelente tu soneto!
ResponderEliminarLas palabras tienen
una sonoridad especial...
Un beso, amigo Pedro
Maria Lua
Celebro que te guste, María. Es un soneto humorístico, una broma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pedro.