miércoles, 25 de agosto de 2021

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 063 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

 ¡Sería bonito poder seguir en contacto con los que queremos, observarlo todo desde el otro lado y sentirnos parte de ello (...si sigo por este camino, voy a inventar una nueva religión).

Poesía: coger el  ritmo a la belleza.

Cuando la primavera estalla sólo queda cantar.

La poesía no necesita ser comprendida.

El amor cuando es sublime es místico.

Nuestra única defensa contra la muerte es la vida.

La edad nos hace ser más selectivos en el trato con las personas, quizá por los desengaños sufridos y también por tomar conciencia de que no nos queda demasiado tiempo.

Siempre he pensado que de volver a nacer lo haría todo diferente, así tendría la oportunidad de equivocarme en otras cosas.

Morimos poco a poco.

No sé si el dolor es bello pero sí puede producir belleza. 


¿Quién soy? (Autorretrato a los 44) https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2019/08/1992-05-1302-quien-soy.html Este autorretrato corresponde a hace 21 años, ha pasado mucho tiempo y, como es lógico, el amor es necesario para vivir y para no amargarse la vida. Escribir poesía también ayuda. La poesía fue para mí un desahogo en aquellos momentos. Hay circunstancias que te hacen dudar de ti mismo, entonces es cuando es necesario plantearse uno quien es. Se trata de situaciones excepcionales pero que pueden llegar. La razón principal de publicar mis primeros poemas, escritos para mí, fue pensar que pudieran ser útiles a alguien. Es difícil hacerse a la idea de lo mal que pueden llegar a poner las cosas a veces. En esos momentos se agradece la existencia de otros que también lo han pasado mal. Acompaña y da esperanza. Poco a poco el tiempo aclara y el sol vuelve a salir, sale para todos. Supongo que hay un momento para todo, y para un autorretrato también y cada uno tendrá sus razones. Yo ahora no siento ninguna necesidad de hacerme otro, mi vida hoy no ofrece ninguna complicación. Y ese autorretrato pertenece a otro yo, un yo del pasado, algo así como cuando uno ve una fotografía de cuando era niño: uno se reconoce, pero ya no es igual. Así era entonces, por fortuna he cambiado (con el tiempo todos cambiamos). A uno le parece que es el único en tener el primer problema gordo, luego comprueba que los demás, más o menos, también los han tenido. Eso consuela y aunque se pierda en ingenuidad se gana en comprensión. Es como mirar un álbum de fotos: en todas nuestras fotos hay algo de nosotros. De todas maneras, yo hoy no siento la necesidad de escribir otro autorretrato... quizás en el futuro (quien sabe). En realidad no es valiente que lo publique hoy, simplemente hoy me importa menos la opinión ajena (algo que se adquiere con el paso de los años, que ayuda a rebajar la importancia de las cosas). Está claro que a los cuarenta, además de haber adquirido alguna enfermedad crónica, también hemos pasado alguna crisis todos, luego las vamos coleccionando (las enfermedades crónicas, las crisis también). Cuando la poesía es directa nos permite a muchos identificarnos. El estilo casi es de carta comercial pero esa simplicidad está buscada de propósito. La forma es lo que hace que este poema pueda conservar algún interés. Los años permiten pasar de la acción a la observación, y observar es muy divertido. Dicen que la infancia es una edad feliz, la juventud divertida, la madurez productiva y la ancianidad sensata, pero no son más que tópicos, lo importante es encontrar el lugar al sol que a cada cual mejor le vaya. El autorretrato viene a reflejar los motivos por los que me puse a escribir poesía.

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