domingo, 22 de agosto de 2021

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 060 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

 Hablando con Salvador Espriu IV https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2020/09/hablando-con-salvador-espriu-en-el_30.html Una tía mía conoció entre su grupo de amistades al Salvador Espriu de antes de la guerra, y según me dijo era un chico muy normalito, que no se distinguía por nada, y desde luego de el que nadie sabía que escribiera versos. Visité su tumba en el cementerio de Arenys de Mar (Sinera, en sus obras). Está enterrado en un sencillo nicho cerrado con un mármol con su nombre.

Facebook no es lo mío. Creo más en la palabra boca-oreja y en la invitación puerta a puerta, donde ves las caras y oyes las palabras directamente. Desconfío de un medio que permite el anonimato y la manipulación. Creo en las personas y en su unión para hacerse oír. Posiblemente sea un anticuado, pero los "media" creo que se utilizan para distraer y embaucar a la gente con la ilusión de que sus opiniones allí expuestas cuentan, alejándolos de la calle, de la agrupación cívica y la representación política. No dudo de que pueden ser unos medios auxiliares, pero les niego capacidad de cambio. Es en la calle, en las organizaciones sociales, ciudadanas, políticas, donde la gente debe expresarse, hacerse valer, más que en la red.)

Para mí poesía y ética no tienen nada que ver. La poesía es inspiración y es arte, seduce, conmociona o emociona. No busca la verdad, la bondad, ni la razón, indaga en la conciencia a través de la belleza. El poema abre una ventana por la que cada cual ve su propio paisaje. El poema no justifica al poeta: un buen poema puede ser obra de una persona execrable, o viceversa. No se puede juzgar la calidad humana de una persona sólo por su poesía. Yo creo que un poeta sí puede encontrar la verdad en la poesía, o al menos intentarlo, y claro, una parte de la verdad, porque no existe una única verdad. Respecto a poeta-moralidad hay tantos ejemplos de extraordinarios poetas que no se han distinguido por su honorabilidad que no es necesario citar ninguno. Respecto a poemas de contenido éticamente bueno o malo, es necesario no identificar la ética del poeta con la de su obra, destapar las mayores vergüenzas humanas puede ser enormemente moralizante. Como ejemplo de ello, hay dos grandes poetas y dos obras insignes: Edgar Lee Masters, con su "Antología de Spoon River"; y José María Fonollosa, con su obra "Ciudad del hombre: Nueva York".

Dar dignidad a la gente es lo primero.

Hay lugares a los que uno desearía siempre regresar.

El poeta transforma su dolor en arte.

El secreto de los nombres queda para los iniciados.

Detrás de una guerra siempre hay una injusticia (y detrás de algunas paces, también).

Por encima de todo aprecio la bondad (que no existiría sin la maldad).

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