El paso del tiempo es todo el argumento de la vida.
La poesía es un placer del alma.
Ejercítate en el amor https://www.airesdelibertad.com/t22145-ejercitate-en-el-amor
Ejercicio de visualidad. Querer es como aprender caligrafía, hay que ir
despacio y hacer buena letra. La imagen pretende llevar a un ejercicio
de caligrafía, de dibujo, como metáfora de que el amor es siempre un
aprendizaje.
Por principio el poeta debe ser antisistema.
Llanto sobre el Rhin https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2020/03/2003-08-11-llanto-sobre-el-rhin.html Escribí el poema tras navegar por el Rhin unos días y visitar las
poblaciones que lo orillan que guardan memoria fotográfica de su
destrucción durante la guerra. Quiere avisar contra los fanatismos. Me
impresionó contemplar, por donde pasaba, exposiciones fotográficas de
cómo habían sido arrasadas hasta sus cimientos las poblaciones por la
guerra y salió este poema. El poema, a través del contaste entre las
imágenes felices de la paz y las horrorosas de la guerra, quiere
advertir de los riesgos de dejarse arrastrar por el fanatismo y la
intransigencia. Los ríos son testigos de la historia. La imagen lleva al
bautismo por inmersión, al renacimiento y a la iluminación, a ver las
cosas más claras, a no dejarse seducir por trompetas y clarines. Hay que
preservar la paz, defenderla, procurar la justicia que la afianza y
recordar los males producto de la intolerancia, del abuso, del
fanatismo. Cuando escribí esta poesía estaba muy emocionado con el
descubrimiento de la poesía de George Trakl. En Colonia, subí a una de
las torres de su catedral (¡no sé cuántos peldaños, llegué agotado
arriba!) y vi una escultura enorme de un ángel situado en la torre, que
me inspiró estos versos. Era verano y desde el crucero en que viajaba
todo lo que veía transmitía felicidad: niños y adultos bañándose, otros
circulando a pie o en bicicleta por caminos junto a las orillas,
terrazas con gentes sentadas bebiendo aperitivos, villas bellamente
adornadas con flores, pintorescos pueblecitos en los que despuntaban las
agujas de sus iglesias... Pero toda esta felicidad llega a su fin con
la guerra, como recordaban las cruces de los pequeños cementerios de los
pueblos y las exposiciones fotográficas sobre la destrucción sufrida en
la guerra que podían verse en el interior de las iglesias. En este
pasaje, el que habla es el ángel de la torre de la catedral de Colonia,
el único edificio de la ciudad que fue respetado por las bombas. Surgió
como resultado de un crucero por el Rhin entre Estrasburgo y Colonia y
de la impresión que me produjeron, frente a las idílicas imágenes de
entonces, las de las fotografías que vi que habían sido tomadas acabada
la guerra. Vi casas y monumentos reconstruidos, alegría festiva propia
del verano en sus calles y terrazas, los tranquilos cementerios en los
pueblos, subí a una torre de la catedral de Colonia donde contemplé la
escultura de un gigantesco ángel, los castillos en ruinas junto al río,
la gente que disfrutaba de las vacaciones en sus orillas, etc... y el
último día, todo esto se montó y me salió la poesía que iba escribiendo
cual poseso en un cuaderno mientras arrastraba mi equipaje. Poesía que
es un alegato contra la guerra y los que incitan a ella. Cuando viajo,
procuro leer la obra de poetas relacionados con el país y la cultura que
visito y en esta ocasión había leído a George Trakl que me había
gustado e impresionado muchísimo por su imágenes de la naturaleza. El
poema es la poetización de mi experiencia. El Rhin es un río precioso,
son los hombres los que lo han ensuciado y pueden volver a hacerlo.
Quizás hay que empezar a dejar de creer que la guerra puede solucionar
las cosas. Los mismos escenarios sirven para diferentes
representaciones.
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