En visita al monasterio de Veruela, en el somontano del Moncayo, visité
la celda donde había vivido Gustavo Adolfo Bécquer -hoy un pequeño museo
en su memoria. El paisaje es idílico y transmite paz en su aislamiento
del mundo. En época de Bécquer, a causa de la desamortización, muchos
monasterios habían pasado a manos privadas, que arrendaban sus celdas
como alojamiento para familias o personas que, por vacaciones o para el
descanso de convalecencias, iba a pasar unos días a ellos.
Deseo
de que ese período de democracia que se inició con la constitución de
1978 no se acabe, sino que se extienda, con las modificaciones que sean
necesarias, para adecuarla a los tiempos y a las necesidades de los
pueblos de España.
Vivir es primero recibir para luego dar.
Desear
siempre más es una especie de enfermedad en algunos que ya tienen
mucho; para los que tienen poco es una legítima aspiración.
Creo
que hay poesía en toda palabra utilizada apropiadamente, creo en la
belleza de lo feo si es auténtico, en la poesía al servicio de la
gente...
El amor siempre queda maravillado ante su objeto.
Todo es relativo y es bueno ser consciente de ello.
Esto es lo que queremos: un mañana mejor para todos los niños.
Los
budistas hablan de reencarnación y del karma que nos hace reencarnar en
una especie superior o inferior según fueran nuestros actos en la vida
anterior. Yo prefiero pensar que en una sola vida hay muchas vidas que
se pueden vivir sucesivamente, que se puede cambiar de vida, que se
puede volver a empezar.
viernes, 4 de noviembre de 2022
Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 215 (mis comentarios en airesdelibertad.com)
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