Buscamos a tientas y nos equivocamos muchas veces hasta que nuestras
aspiraciones y nuestras expectativas se igualan, entonces podemos
alcanzar el amor.
Hablamos mucho pero no nos entendemos. Quizá fuera mejor hablar menos y querernos más.
Soñar es perseguir el horizonte.
Los poetas escarbamos mucho recolectando palabras. Es cierto que la vida está afuera, pero también está en el diccionario.
El
amor desinteresado es sin duda el más excelso. Los árboles nos dan ese
amor y yo creo que existe comunicación con ellos. Todo lo que está vivo
experimenta sentimientos aunque cada uno a su manera. Es el amor
gratuito el que nos insufla vida cada día.
Toda obra de arte escrita, crea una imagen, y si la obra de arte es pintada, crea un relato.
Unidos
en un mismo sueño, montados en una misma cabalgadura, arrostrando las
mismas dificultades, disfrutando de idénticos placeres... tal es el
ideal del amor en su mágico encanto.
"No vuelve lo que nunca
pasó". Ese es el deseo insatisfecho. Y como ni fue, ni es, ni será,
mantiene todo su vigor ideal. Es un sueño, un poema. Pero si no vuelve
porque nunca se ha acabado de ir, porque permanece clavado en el
recuerdo, entonces rememorarlo es prolongarlo, como las fotografías o
los poemas prolongan las vivencias felices.
Como en "El diablo
cojuelo" de Luis Vélez de Guevara, el poema, que vuela primero por lo
idílico de los cielos, luego aterriza en la tierra y desvela todas sus
miserias. (En la realidad nos asemejamos a un grupo de perros famélicos
que se disputan un trozo de carne.)
Todo en la vida consiste en hallar la poción mágica, la mezcla de sentimientos que nos permita vivir dignamente.
miércoles, 23 de noviembre de 2022
Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 234 (mis comentarios en airesdelibertad.com)
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