Desilusión, decepción, desamor, a veces son el resultado de poner las expectativas demasiado altas.
Realmente es poco lo que sabemos y mucho lo que ignoramos, y cuando empezamos a saber algo ya es hora de irse.
Es necesario recordar que lo que tenemos se lo debemos a unos, y lo que no, a otros.
Todos arrastramos alguna tristeza, ver las ajenas puede ayudarnos a soportar las propias.
No hay como salir al aire libre para ventilar las penas y las ideas.
Para amar hay que saber escuchar.
Yo
uso un sombrero de paja cuando voy a pintar en verano. No hay mejor
distracción que la observación tras unas gafas y bajo un sombrero,
aunque antes de ponérselos hay que mirar el día, el sol, y agradecérselo
a la vida.
En la poesía radica nuestra esperanza.
Sorprende lo resistente que es el corazón humano. Me he acordado de los versos de Gabriel Celaya: ..."como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica."
¡Y a mí que Lucifer me cae bien! Al menos tuvo la valentía de alzarse contra Dios, su amo, y decirle "non serviam".
viernes, 11 de noviembre de 2022
Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 222 (mis comentarios en airesdelibertad.com)
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