LA MARIPOSA
¿Eres el mismo
- enfundadas las piernas
en medias de seda, rodeado
tu sexo por un aro
y aspirando poppers -
que hace cinco minutos
estaba sentado en el salón?
Como una crisálida
- deshaciéndote de la ropa,
de las gafas y del reloj,
de la prisa, del gesto contenido -
te has abierto
mostrando tus nuevos atributos,
te has hecho mariposa.
Extraño ser
- que ni corre ni vuela
pero flota y se expande
y que suena y que brilla
y que endulza -
listo para apresarme,
peregrino del tiempo.
Tu vientre
- rodeado de ojos y de manos,
de narices que aspiran,
de bocas que humedecen
y de pieles brillantes -
caliente cual crisol
es mi reclamo.
Déjame probar
- borracho de deseo
incontenido que palpita
y calienta mi cuerpo
convulso y anacrónico -
dura y suave,
la dulzura de tu miel.
Eres dios
- por tu fuerza, tu vigor,
tu potencia, tu calor,
tus gemidos,
tu dulzura, tu destreza,
tu suavidad, tu ligereza -
Pedro Casas Serra (26-01-1993,01)
No hay comentarios:
Publicar un comentario