viernes, 2 de diciembre de 2016

La mariposa

LA MARIPOSA


¿Eres el mismo

- enfundadas las piernas

en medias de seda, rodeado

tu sexo por un aro

y aspirando poppers -

que hace cinco minutos

estaba sentado en el salón?


Como una crisálida

- deshaciéndote de la ropa,

de las gafas y del reloj,

de la prisa, del gesto contenido -

te has abierto

mostrando tus nuevos atributos,

te has hecho mariposa.


Extraño ser

- que ni corre ni vuela

pero flota y se expande

y que suena y que brilla

y que endulza -

listo para apresarme,

peregrino del tiempo.


Tu vientre

- rodeado de ojos y de manos,

de narices que aspiran,

de bocas que humedecen

y de pieles brillantes -

caliente cual crisol

es mi reclamo.


Déjame probar

- borracho de deseo

incontenido que palpita

y calienta mi cuerpo

convulso y anacrónico -

dura y suave,

la dulzura de tu miel.


Eres dios

- por tu fuerza, tu vigor,

tu potencia, tu calor,

tus gemidos,

tu dulzura, tu destreza,

tu suavidad, tu ligereza -

eres diosa.


Pedro Casas Serra (26-01-1993,01)





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