CARTA A MI HIJA ESCARLATA
Quererte a ti no es nada fácil, ¿sabes?
Hay que elegir la forma de ayudarte
y de lejos, resulta muy difícil.
Me alegra tu alegría, verte llena
de intereses, de amigos, de ilusiones,
que te sientas a gusto en tu colegio.
Tú diviértete mucho que hace falta
que ahora de pequeña seas muy niña,
para que de mayor seas muy mujer.
Aprende con pasión todas las cosas,
pues saberlas te hará hacerlas bien
y hacerlas bien te hará sentir contenta.
Piensa bien de la gente en un principio,
pues no conocerás gente estupenda
si no empiezas pensando bien de ella.
En el mundo hay de todo: feos y guapos,
ricos y pobres, vagos y currantes,
listos y tontos, tramposos y honrados.
Por eso tú fíjate bien en todos,
que todos tienen algo que enseñarte
si tú no dejas de fijarte bien.
Defiende a los pequeños de los grandes
procurando que a ti no te hagan daño
para así resultar más eficaz.
Di mentiras tan solo cuando puedan
evitar que alguien sufra, ten en cuenta
que no siempre callar es ser hipócrita.
Si hacen algo que te gusta dilo,
pues si te gusta tanto lo que hacen
también te gustarán quienes lo hacen.
El dinero no sirve para todo,
lo mejor de la vida no está en venta
ni las buenas personas tienen precio.
Espera cada día ilusionada
y piensa que si algo sale mal,
con el tiempo se solucionará.
Piensa al sentir, observa lo que ves,
aspira, saborea, palpa, escucha...
Y así te sentirás mucho más viva.
Hay días que podrás pensar mejor,
hoy yo puedo pensar bastante bien,
ayer en cambio me dolía el alma.
Pedro Casas Serra (1989,02)
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