sábado, 13 de noviembre de 2021

L’expulsió dels tagarins (Apocalipsi 21: 8)

 

L’EXPULSIÓ DELS TAGARINS

1524-1610


152

El mil cinc-cents vint-i-quatre, Carles Cinquè, Emperador,

manà bateig o expulsió dels moros de Catalunya.

Estaven prou escampats per valls del Segre i de l'Ebre

i evangelitzats van ser pel pare Vicenç Ferrer.

Els que foren batejats, es digueren tagarins:

seguien la catequesi, integraven confraries,

confessaven per Quaresma, deien misses pels difunts,

mantenien les esglésies i les butlles de creuades,

vestits a la catalana, parlaven el català.

Els moriscos catalans eren pocs i bons cristians.


1544

Dels tagarins de Tortosa

es vol fer-ne capellans,

el bisbe ha fet un col·legi

per als que tenen vuit anys.

 

On beneeixen la taula

i prenen vi en els menjars,

brenen tall de cansalada

i peus de porc per sopar.

 

No poden rebre visites

de pares ni de veïns,

si de cas, davant d'un clergue

i encara molt poc sovint.

 

No es poden banyar en el riu

ni visitar moreria,

ni llegir llibres en àrab

ni parlar en algaravia.

 

El que valgui per l'estudi

sortirà de capellà,

quan compleixi els vint-i-quatre,

per fer de morisc cristià. 

 

29-05-1610

Sent Felip el Tercer, rei d'Espanya, i Monteleón, virrei de Catalunya, l'any del Senyor de mil sis-cents deu es dictà l'expulsió dels tagarins a terres africanes, des del port dels Alfacs. Els de Lleida, van sortir escortats per cent homes armats. Portats a Mequinensa i pujats en barcasses, van ser conduïts després per l’Ebre fins a Flix, on seguiren pel riu fins al seu estuari. Als Alfacs, els esperaven les naus per portar-los a Orà i altres ports africans. El pare Aznar Cardona, d'aquestes expulsions, va deixar escrit:


Salieron, pues, los desventurados por sus días señalados por los ministros reales, en orden de processión desordenada, mezclados los de a pie y los de a caballo, yendo unos entre otros, reventando de dolor, y de lágrimas, llevando grande estruendo y confusa vozería, cargados de hijos y mujeres, y de sus enfermos, y de sus viejos y niños, llenos de polvo, sudando y carleando, los unos en carros apretados allí con sus personas, alhajas y baratijas, otros en cabalgaduras con extrañas invenciones y posturas rústicas, en sillones, albardones, espuertas, aguaderas, arrodeados de alforjas, botijas, tañados, cestillos, ropas, sayos, camisas, lienços, manteles, pedaços de cáñamo, pieças de lino, y otras cosas semejantes, cada cual con lo que tenía. Unos yban a pie, rotos, mal vestidos, calçados con una esparteña y un çapato, otros con sus capas al cuello, otros con sus fardelillos, y otros con diversos envoltorios y líos, todos saludando a los que miravan, o encontraban, diziéndoles: -El Señor los en de guarde: -Señores, queden con Dios”. 

 

Pere Casas Serra (17-08 a 04-11-2021)

 

 

 

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS

1524-1610



1524

Mil quinientos veinticuatro. Carlos Quinto, Emperador,

mandó el bautizo o exilio de los moros catalanes.

Vivían desperdigados entre Lérida y el Ebro

y evangelizados fueron por san Vicente Ferrer.

A los recién bautizados, se les apodó moriscos:

seguían la catequesis, integraban cofradías,

confesaban por Cuaresma, oían misas por difuntos,

mantenían las iglesias y las bulas de cruzada,

vestían de catalanes y hablaban en catalán.

Los moriscos catalanes eran pocos y cristianos.


1544

Morisquitos de Tortosa

de ocho años todavía,

 el obispo ha hecho un colegio

y para allá los envía.

 

Donde bendicen la mesa,

para beber, toman vino,

en la cena, pies de cerdo,

y de merienda, tocino.

 

 Les prohíben las visitas

de padres y de vecinos,

si no es delante de un fraile

y aún así, no es de recibo.

 

Les prohíben ir al río

e ir a la morería,

leer manuscritos árabes

o hablar en algarabía.

 

A los veinticuatro años

obtendrá capellanía,

quien valga para sermones,

y a moriscos se le envía.

 

29-05-1610

Felipe Tercero, rey de España, y Monteleón, virrey de Cataluña, el año del Señor de mil seiscientos diez, decretaron la expulsión de los moriscos a tierras africanas por el puerto de los Alfaques. Salieron los de Lérida escoltados por cien hombres armados. Llevados hasta Mequinenza y puestos en barcazas, fueron conducidos hasta Flix por el Ebro, y siguieron por el río hasta su estuario. En los Alfaques les esperaban las naves para transportarlos a Orán y otros puertos africanos. El padre Aznar Cardona, sobre estas expulsiones dejó escrito:


Salieron, pues, los desventurados por sus días señalados por los ministros reales, en orden de processión desordenada, mezclados los de a pie y los de a caballo, yendo unos entre otros, reventando de dolor, y de lágrimas, llevando grande estruendo y confusa vozería, cargados de hijos y mujeres, y de sus enfermos, y de sus viejos y niños, llenos de polvo, sudando y carleando, los unos en carros apretados allí con sus personas, alhajas y baratijas, otros en cabalgaduras con extrañas invenciones y posturas rústicas, en sillones, albardones, espuertas, aguaderas, arrodeados de alforjas, botijas, tañados, cestillos, ropas, sayos, camisas, lienços, manteles, pedaços de cáñamo, pieças de lino, y otras cosas semejantes, cada cual con lo que tenía. Unos yban a pie, rotos, mal vestidos, calçados con una esparteña y un çapato, otros con sus capas al cuello, otros con sus fardelillos, y otros con diversos envoltorios y líos, todos saludando a los que miravan, o encontraban, diziéndoles: -El Señor los en de guarde: -Señores, queden con Dios”.


Pedro Casas Serra (17-08 a 04-11-2021)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario