LA PRIMERA VEZ
Llegamos al albergue que ella conocía,
de Sant Privat d'en Bas, cerca de Olot.
Yo estaba excitadísimo pero novato en sexo
no sabía que hacer. Ella me fue guiando.
Así, con nuestros cuerpos, inventándonos juegos,
jugamos como niños que estrenan un juguete,
hasta que derrengados nos quedamos dormidos.
Luego más tarde, creo, nos fuimos de paseo,
pero no se que hicimos porque iba como ido
y sentía en mi oído como un campanilleo:
¡Lo hiciste!, ¡lo hiciste!... repetía.
Pedro Casas Serra (10-06-1992)
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