viernes, 26 de junio de 2015

La memoria

LA MEMORIA


Permíteme adentrarme en el recuerdo,

refugio contra la monotonía del presente,

necesito pensar que fui feliz alguna vez

y una explosión de luz es la memoria.


Reconozco tu piel bajo los pinos

sobre la toalla roja de baño,

apenas palpo tu contorno y te hago cosquillas,

y tu sola proximidad me electrifica.


Soy náufrago flotando a la deriva

- todo quedó hecho astillas -

y si pienso en mí antes

pienso en otro.


Me entretengo en tu cuerpo adormecido

y lo recorro como peregrino,

exploro cada parte, cada trozo,

por pequeña que sea, por minúsculo.


No puedo expresarte tanto horror,

tal sensación de pérdida, de quedar tullido,

y tanta necesidad de contestar preguntas

que nadie ha formulado.


Tu cuerpo se despierta soñoliento

y es el mío el que recibe ahora

el agua de mayo de tus caricia,

mientras empiezan a sonar palabras.


¿Soy yo aquel que añoro?

¿Mi vida fue otra vida?

¿Tuve lo que no tengo?

¿O es solo un sueño en una pesadilla?


Palabras dulces,

expresiones en clave de enamorados

coronando momentos de intimidad,

ofrendas para nuestros cuerpos.


Recorro mi ciudad

como un autómata,

cumplo mis deberes

como un robot.


No dos cuerpos, un cuerpo

con cuatro brazos,

cuatro piernas

y dos corazones.


Y busco entre miles de rostros

uno solo

que tenga interés,

pero ¡es todo tan anodino!


Tan juntos que parece

que tu lengua es la mía

y mi oreja la tuya.

Y ese dedo que se mueve... ¿de quién es?


Más mayor,

más feo,

más desconfiado

y más solo cada día.


Tan vibrantes

como una cuerda tensa,

hasta que explota el sol

entre los pinos.


Pedro Casas Serra (12-05-1992)

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