MARIA
A Maria Lua
En una ciudad de piedras verdes
y montañas altas, Maria
se puso a escribir poesía:
hablaba del cielo y las estrellas,
de sueños, de vientos, de nubes
- de cómo corría tras ellas.
Desde su ventana, sus ojos
se abrían de noche, volaban,
cantaban, reían, lloraban.
En una ciudad de piedras verdes
y montañas altas, Maria
nos iluminaba como un faro
desde su ventana y nosotros
- mojados, cansados, vencidos -
hallábamos fuerzas en ella
que nos conducía y guiaba
tras ella a la Luna, la única,
la madre más bella. Maria
velaba en la noche: era estrella.
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