UNA SONRISA ESCRITA
El día que yo muera
quiero dejar una sonrisa escrita:
gracias por tantos gestos y miradas,
por los abrazos, los besos, la ternura.
Volaré como lo hace el polluelo
con la inseguridad del primer vuelo,
pero si flores hay en esta orilla
¿por qué no habría de haberlas en la otra?
Pedro Casas Serra (15-06-1992)
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