Eu te entreguei meus olhos suplicantes
e um sorriso de ocaso sem destino,
mas teu olhar, vagando em sóis distantes,
foi tão somente um sonho peregrino...
Eu te entreguei desejos sussurrantes,
no berço das auroras de menino,
mas teus desejos, tímidos e errantes,
nem perceberam tanto desatino...
Meu corpo... eu te entreguei, em pensamento,
em meio às labaredas de tormento,
que ardiam num delírio de loucuras...
Minha alma... eu te entreguei inteira e nua,
em surdas solidões de um céu sem Lua,
na doaçàã inútil das ternuras...
Maria Lua (“De Lua e de Estrelas...”, 2005)
Dulzura inútil
Yo te entregué mis ojos suplicantes
y una sonrisa de ocaso sin destino,
mas tu mirar, en soles muy distantes,
fue solamente un sueño peregrino...
Yo te entregué deseos susurrantes,
en la cuna de auroras de mi sino,
más tus deseos, tímidos y errantes,
ni percibieron tanto desatino...
Mi cuerpo... te entregué, en pensamiento,
entre las llamaradas de tormento,
que ardían en delirios de locuras...
Mi alma... te entregué desnuda y una,
en soledad de un cielo sin la Luna,
en la dulzura inútil de ternuras...
Maria Lua
(versión de Pedro Casas Serra)
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Poeta, qué poema más
ResponderEliminarnostálgico, es muy tierno tu sentir,
bellísimo como tus
sentimientos.
Un abrazo de lo más profundo de
mi alma.
Amalia
Gracias Zarina, el poema es de Maria Lua, yo sólo lo he traducido lo mejor que he sabido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pedro.
Graciassss, Pedro...
ResponderEliminarTus traducciones son
increibles, amigo...
Un beso
Maria Lua
Aunque sea con retraso, deseo agradecerte tus palabras, Maria.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pedro