jueves, 17 de enero de 2019

El abuelo (Sombras adormecidas)

EL ABUELO


Estoy hablando de un hombre excepcional. Estoy hablando de un hombre que de joven vino a trabajar a Barcelona y estudiaba de noche al acabar el trabajo. Estoy hablando de un hombre que construyó en España las primeras máquinas de hilatura textil que hasta entonces se habían de importar de Inglaterra. Estoy hablando de un hombre que cuando fallecía uno de sus trabajadores, daba empleo en la fábrica a su hijo mayor para que la familia siguiera recibiendo su salario. Estoy hablando de un hombre al que sus obreros montaron una escolta a fin de evitarle un mal encuentro durante la guerra civil. Estoy hablando de un hombre al que, cuando una crecida del río Ter se le llevó la fábrica, sus obreros le ofrecieron el campo de fútbol que les había regalado para que la levantara de nuevo. Estoy hablando de un hombre que explicaba el diseño de sus máquinas dibujándolas con un palo sobre la tierra y que, si tenía diferencias con un trabajador, decía “salgamos fuera”, y las dirimían a puñetazos. Estoy hablando de un hombre que se casó con Ramona Valls, la propietaria de la fonda de Manlleu, y tuvieron ocho hijos y veinticinco nietos. Estoy hablando de un prócer al que sus conciudadanos levantaron en Manlleu un monumento que aún sigue en pie. Estoy hablando de mi abuelo, Josep Serra Sió.


Pedro Casas Serra (29-06-2017)

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