MARIA
A
Maria Lua
En
una ciudad de piedras verdes
y
montañas altas, Maria
se
puso a escribir poesía:
hablaba
del cielo y las estrellas,
de
sueños, de vientos, de nubes
-de
cómo corría tras ellas.
Desde
su ventana, sus ojos
se
abrían de noche, volaban,
cantaban,
reían, lloraban.
En
una ciudad de piedras verdes
y
montañas altas, Maria
nos
iluminaba como un faro
desde
su ventana, y nosotros
-mojados,
cansados, vencidos-,
hallábamos
fuerzas en ella,
que
nos conducía y guiaba
tras
ella a la Luna, la única,
la
madre más bella. Maria
velaba
en la noche: era estrella.
Pedro
Casas Serra, Ad líbitum, 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario