TÚ ERES MI JARDINERO
Tú eres mi rosa,
mi hermosa rosa fragante.
J.R.
A veces
yo no sé lo que soy,
pero,
puesto que tú lo dices,
soy tu rosa.
¡Ojalá
solo fuera una rosa
y tú
mi jardinero!
¡Ojalá
con el tiempo
aprendieras
a evitar mis espinas!
¡No quisiera
tenerlas
para no pincharte!
¡Solo fragancia,
solo suavidad al tacto
quisiera tener para ti!
Pero
yo no soy una rosa,
aunque
quisiera serlo
para ti.
Pedro Casas, Ad líbitum, 2015
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