martes, 17 de julio de 2012

"Canção de um dia de vento" de Mario Quintana


Para Mauricio Rosenblatt

O vento vinha ventando
Pelas cortinas de tule.

As mãos da menina morta
Estão varadas de luz.
No colo, juntos, refulgem
Coração, âncora e cruz.

Nunca a água foi tan pura...
Quem a teria abençoado?
Nunca o pão de cada día
Teve um gosto mais sagrado.

E o vento vinha ventando
Pelas cortinas de tule...

Menos um lugar na mesa,
Mais um nome na oração,
Da que consigo levara
Cruz, âncora e coração

(E o vento vinha ventando...)

Daquela de cujas penas
Só os anjos saberão!

Mario Quintana (Canções, 1946)



Canción de un día de viento

Para Mauricio Rosenblatt

El viento venía ventando
Por las cortinas de tul.

Manos de la niña muerta
Están varadas de luz.
En su pecho, juntos, fulgen
Corazón, áncora y cruz.

Nunca el agua fue tan pura...
¿Quién la habría bendecido?
Nunca el pan de cada día
Tuvo un gusto más sagrado.

Y el viento venía ventando
Por las cortinas de tul...

En la mesa un lugar menos,
Uno más en la oración,
De la que con si llevara
Cruz, áncora y corazón

(Y el viento venía ventando...)

¡De aquella de cuyas penas
Ángeles sólo sabrán!

Mario Quintana (Canções, 1946)
(versión de Pedro Casas Serra)

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