LA ZORRA, LA LIEBRE Y EL GALLO
Éranse una
liebre y una zorra. Vivía la zorra en una cabaña de hielo y la liebre en
una choza hecha de fibra de líber. Llegó la primavera y los rayos del
Sol derritieron la cabaña de la zorra, mientras que la de la liebre
quedó intacta. La astuta zorra pidió albergue a la liebre, y una vez que
le fue concedido echó a esta de su casa.
La pobre liebre se puso a caminar por el campo llorando, y tropezó con unos perros.
- ¡Guau, guau! ¿Por qué lloras, Liebrecita? -le preguntaron los Perros.
Les contestó la Liebre:
-
¡Dejadme en paz, Perritos! ¿Cómo queréis que no llore? Tenía yo una
choza de líber y la Zorra una cabaña de hielo; se derritió la suya, me
pidió albergue y me echó luego de mi propia casa.
- No llores, Liebrecita -le dijeron los Perros-; nosotros la echaremos de tu casa.
- ¡Oh, no! Eso no es posible.
- ¿Cómo que no? Ahora verás.
Se acercaron a la choza y dijeron los Perros:
- ¡Guau, guau! Sal de esta casa, Zorra! ¡Anda!
Pero la Zorra, calentándose al lado de la estufa, les contestó:
- ¡Si no os vais enseguida, saltaré encima vuestro y os despedazaré en un instante!
Los
perros se asustaron y echaron a correr. La pobre Liebre se quedó sola,
se puso a andar llorando desconsoladamente, y se encontró a un Oso.
- ¿Por qué lloras, Liebrecita? -le preguntó el Oso.
-
¡Déjame en paz, Oso -le contestó. ¿Cómo quieres que no llore? Tenía yo
una choza de fibra de líber y la Zorra una cabaña de hielo; al
derretirse la suya, me pidió albergue y luego me echó de mi propia casa.
- No llores, Liebrecita -le contestó el Oso-; yo echaré a la Zorra de tu casa.
- ¡Oh, no! No podrás echarla. Los perros lo intentaron y no pudieron; tampoco podrás tú.
Se encaminaron a la choza y el Oso dijo:
- ¡Sal, Zorra, de la casa! ¡Anda!
Pero la Zorra contestó tranquilamente:
- ¡Espera un ratito, que saldré y te despedazaré en un instante!
El Oso se asustó y se marchó. La pobre liebre se puso otra vez a caminar llorando, y se encontró un Toro, que le dijo:
- ¿Por qué lloras, Liebrecita?
-
¡Oh, déjame en paz, Toro! ¿Cómo quieres que no llore? Tenía yo una
choza de fibra de líber y la Zorra una de hielo; después de derretirse
la suya, me pidió albergue y luego me echó a mí de mi propia casa.
- ¡Por qué poco lloras! Vamos allá, que yo la echaré de tu casa.
-
¡Oh, no, Toro! No podrás echarla. Los Perros quisieron echarla y no
pudieron; El Oso lo intentó luego y no pudo; tampoco tú lo lograrás.
- ¡Ya verás!
Se fueron a la choza y gritó el Toro:
- ¡Sal de casa, Zorra!
Pero esta le contestó, sentada al lado de la estufa:
- ¡Aguarda un poquito que saldré y te despedazaré en un abrir y cerrar de ojos!
El
Toro, pese a su valentía, tuvo miedo y se fue. Otra vez se quedó sola
la pobre liebre y empezó a caminar vertiendo amargas lágrimas, cuando se
tropezó con un Gallo que llevaba consigo una guadaña.
- ¡Quiquiriquí! ¿Por qué lloras, Liebrecita?
-
Déjame en paz, Gallo. ¿Cómo quieres que no llore? Tenía yo una choza de
fibra de líber y la Zorra una de hielo; después de derretirse la suya,
me pidió albergue y luego me echó de mi propia casa.
- Vamos, que yo la echaré de allí!
-
No, Gallo, no podrás. Los Perros quisieron echarla y no pudieron; el
Oso quiso hacerlo y no pudo; el Toro lo intentó, pero sin resultado;
tampoco tú podrás hacerlo.
- Ya verás como sí. ¡Vamos!
Se acercaron a la choza, y cantó el Gallo:
- ¡Quiquiriquí! ¡Llevo conmigo una guadaña y quiero despedazar a la Zorra! ¡Sal enseguida de la casa! ¡Anda!
Oyó la Zorra el canto y se asustó:
- Aguarda un ratito -dijo-; estoy vistiéndome.
Cantó el Gallo por segunda vez:
- ¡Quiquiriquí! ¡Llevo conmigo una guadaña y quiero despedazar a la Zorra! ¡Sal de la casa! ¡Anda!
La Zorra, asustándose aún más, le contestó:
- Ya estoy poniéndome el abrigo.
Cantó el Gallo por tercera vez:
- ¡Quiquiriquí! ¡Llevo conmigo una guadaña y quiero despedazar a la Zorra! ¡Sal de la casa! ¡Anda!
La
Zorra tuvo un miedo tan grande que salió de la casa, y entonces el
Gallo la mató con la guadaña. Luego se quedó a vivir con la Liebre y
ambos pasaron la vida en paz y concordia.
Aleksandr Nikolayevich Afanasiev
sábado, 9 de octubre de 2021
La zorra, la liebre y el gallo (Cuentos populares rusos de Aleksandr Nikolayevich Afanasiev )
(Versión poetizada de Pedro Casas Serra)
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