EL PASO DEL MAR ROJO*
Os hablo desde la calle. Mi castillo
lo deshizo una ola.
Llave, perfume, sonajero
tenía. Estoy desnudo.
Ni cubiertos con iniciales
ni sonrisa ni abrazo ni beso,
soledad por compañía.
Entre gente, más solo aún.
Una venda
cubría mis ojos. Cuando cayó,
no tenía ojos, sólo
dos agujeros por llenar.
Desperté
de la canción que me soñaba.
Cofrades, ¿creísteis que me iba a rendir?
He de llegar a la otra orilla.
Pedro Casas Serra (Inspirados, 22-01-2023)
* Inspirado en el poema Expulsión de los
mercaderes del templo, de Elena Medel.
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