jueves, 19 de diciembre de 2019

Monólogo del hombre que levita


MONÓLOGO DEL HOMBRE QUE LEVITA

Es una suerte
poder levitar
circunstancialmente.

Existen antecedentes:
los magos
de los circos
y los ermitaños aeropagitas
de la antigüedad.

Primero fue
comprarme un canario
y oír arias de ópera
en la radio.

Y un día
al salir de casa
olvidé los zapatos.

¡No los olvidé!
¡No los necesitaba!

Adiós suciedad,
colillas, papeles,
escupitajos, cáscaras de fruta.

Y también
pisotones,
zancadillas
y empujones.

La señal “No pisar el césped”
ya no tiene sentido
para mí.

Pero ahora
no sé si seguir
porque la tierra
en las fotos desde los satélites
¡es tan bonita!

Pedro Casas Serra (22-02-1994,01)

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