Topant de cap en una i altra soca,
avançant d'esma pel camí de l'aigua,
se'n ve la vaca tota sola. És cega.
D'un cop de roc llançat amb massa traça,
el vailet va buidar-li un ull, i en l'altre
se li ha posat un tel. La vaca és cega.
Ve a abeurar-se a la font com ans solia,
més no amb el ferm posat d'altres vagades,
ni amb ses companyes, no: ve tota sola.
Ses companyes, pels cingles, per les comes,
pel silenci dels prats i en la ribera,
fan dringar l'esquellot mentre pasturen
l'herba fresca a l'atzar... Ella cauria.
Topa de morro en l'esmolada pica
i recula afrontada... Pero torna,
i baixa el cap a l'aigua, i beu calmosa.
Beu poc, sens gaire set. Després aixeca
al cel, enorme, l'embanyada testa
amb un gran gesto tràgic; parpelleja
damunt les mortes nines i se'n torna
orfa de llum sota del sol que crema,
vacil.lant pels camins inoblidables,
brandant llànguidament la llarga cua.
Joan Maragall (1860-1911)
...
La vaca ciega
En los troncos topando de cabeza,
hacia el agua avanzando vagorosa,
del todo sola va la vaca. Es ciega.
De una pedrada harto certera un ojo
le ha deshecho el boyero, y en el otro
se le ha puesto una tela. La vaca es ciega.
Va a abrevarse a la fuente que solía,
mas no cual otras veces con firmeza,
ni con sus compañeras, sino sola.
Sus hermanas por lomas y cañadas,
por silencio de prados y riberas,
hacen sonar la esquila mientras pastan
hierba fresca al azar. Ella caería.
Topa de morro en la gastada pila,
afrentada se arredra, pero torna,
dobla la frente al agua y bebe en calma.
Poco y casi sin sed; después levanta
al cielo enorme la testuz cornuda
con gesto de tragedia; parpadea
sobre las muertas niñas, y se vuelve,
bajo el ardiente sol, de lumbre huérfana,
por sendas que no olvida, vacilando,
blandiendo en languidez la larga cola.
Joan Maragall
(versión de MIguel de Unamuno)
...
La vaca ciega
Dándose de cabeza con una y otra cepa,
cansinamente por la senda del agua,
viene la vaca solitaria. Es ciega.
De una pedrada lanzada con acierto,
le saltó un ojo un niño y en el otro
se le formó una nube. La vaca es ciega.
Viene a abrevarse como solía antes,
pero sin la altivez de entonces
y sin sus compañeras: viaja sola.
Sus compañeras, por los montes y riscos,
por prados silenciosos y riberas,
sus cencerros retiñen mientras pastan
hierba fresca al azar... Ella caería.
Golpea con el morro en la afilada pica
y retrocede temerosa... Pero vuelve,
inclina la cabeza y bebe en calma.
Bebe poco, sin sed. Levanta luego
al cielo, enorme, su enastada testa
con un gran gesto trágico; parpadea
sobre sus muertos ojos y regresa
huérfana de la luz bajo el ardiente sol,
trastabillando por senderos recordados
y agitando con languidez su cola.
Joan Maragall
(versión de Pedro Casas Serra)
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ResponderEliminarBebe poco, sin sed. Levanta luego
ResponderEliminaral cielo, enorme, su enastada testa
con un gran gesto trágico; parpadea
sobre sus muertos ojos y regresa
huérfana de la luz bajo el ardiente sol,
trastabillando por senderos recordados
y agitando con languidez su cola.
Vuelvo a comentar el poema
de Joan Maragall y las traducciones
de Miguel de Unamuno y la tuya...
Muy lindo el poema!
Bellas las traducciones...
Me da ganas de ver ese
poema en portugués...
Me enamoré de esa vaca
"huérfana de la luz"...
Las vacas son tiernas,
son dulces, son tristes...
Besos, amigo Pedro
Beijos
Maria Lua
Es tan tierna y cercana que dan ganas de ir a por ella y llevarla siempre. Abrazos.
ResponderEliminarCelebro, María, que te haya gustado el poema de esa pobre vaca ciega, de Joan Maragall, patriarca de las letras catalanas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pedro.
Hola, Mercè: Me alegra encontrarte en este poema. Un abrazo a Iván y otro para ti. Pedro.
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