2021-08-17 a 2021-11-24 APOCALIPSI, 21: 8: L’EXPULSIÓ DELS TAGARINS
1524-1610
1524
El
mil cinc-cents vint-i-quatre, Carles Cinquè,
Emperador,
manà bateig o expulsió dels moros de Catalunya.
Estaven prou escampats per valls del Segre i de l'Ebre
i evangelitzats van ser pel pare Vicenç Ferrer.
Els que foren batejats, es digueren tagarins:
seguien la catequesi, integraven confraries,
confessaven per Quaresma, deien misses pels difunts,
mantenien les esglésies i les butlles de creuades,
vestits a la catalana, parlaven el català.
Els moriscos catalans eren pocs i bons cristians.
1544
Dels
tagarins de Tortosa
es vol fer-ne capellans,
el bisbe ha
fet un col·legi
per als
que tenen vuit anys.
On beneeixen la taula
i prenen
vi en els menjars,
brenen tall de cansalada
i peus
de porc per sopar.
No poden rebre visites
de pares ni
de veïns,
si de cas, davant d'un clergue
i encara molt poc
sovint.
No es poden banyar en el riu
ni visitar
moreria,
ni llegir llibres en àrab
ni parlar en
algaravia.
El que valgui per l'estudi
sortirà de
capellà
quan compleixi els vint-i-quatre,
per fer de
morisc cristià.
29-05-1610
Essent Felip Tercer, rei d'Espanya, i Monteleón, virrei de Catalunya,
l'any del Senyor de mil sis-cents deu dictaren l'expulsió dels tagarins
a terres africanes, des del port dels Alfacs. Els de Lleida, sortiren
escortats per cent homes armats. Portats a Mequinensa i pujats
en barcasses, van ser conduïts després per l’Ebre fins a Flix,
on seguiren pel riu fins al seu estuari. Als Alfacs, esperaven les naus
per portar-los a Orà i altres ports africans. El pare Aznar Cardona,
d'aquestes expulsions, va deixar escrit:
“Salieron, pues, los desventurados por sus días señalados por los ministros reales, en orden de processión desordenada, mezclados los de a pie y los de a caballo, yendo unos entre otros, reventando de dolor, y de lágrimas, llevando grande estruendo y confusa vozería, cargados de hijos y mujeres, y de sus enfermos, y de sus viejos y niños, llenos de polvo, sudando y carleando, los unos en carros apretados allí con sus personas, alhajas y baratijas, otros en cabalgaduras con extrañas invenciones y posturas rústicas, en sillones, albardones, espuertas, aguaderas, arrodeados de alforjas, botijas, tañados, cestillos, ropas, sayos, camisas, lienços, manteles, pedaços de cáñamo, pieças de lino, y otras cosas semejantes, cada cual con lo que tenía. Unos yban a pie, rotos, mal vestidos, calçados con una esparteña y un çapato, otros con sus capas al cuello, otros con sus fardelillos, y otros con diversos envoltorios y líos, todos saludando a los que miravan, o encontraban, diziéndoles: -El Señor los en de guarde: -Señores, queden con Dios”.
Pedro Casas Serra
*
LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS
1524-1610
1524
Carlos
Quinto,
Emperador, mandó el bautizo
o exilio
de los moros catalanes. Vivían desperdigados
entre Lérida y el Ebro, y evangelizados fueron
por san Vicente Ferrer. A los recién bautizados,
se les apodó moriscos: seguían la catequesis,
integraban cofradías, confesaban por Cuaresma,
oían misas por difuntos, mantenían las iglesias
y las bulas de cruzada, vestían de catalanes
y hablaban en catalán. Los moriscos catalanes
eran pocos y cristianos.
1544
Morisquitos
de Tortosa
de ocho años todavía,
el obispo ha hecho un
colegio
y para allá los envía.
Donde bendicen la
mesa,
para beber, toman vino,
en la cena, pies de cerdo,
y
de merienda, tocino.
Les prohíben las visitas
de
padres y de vecinos,
si no es delante de un fraile
y aún
así, no es de recibo.
No les dejan ir al río
ni ir
a la morería,
leer manuscritos árabes
o hablar en
algarabía.
A los veinticuatro años
obtendrá
capellanía
quien valga para sermones,
y a moriscos se le
envía.
29-05-1610
Felipe Tercero, rey de España, y Monteleón, virrey de Cataluña,
el año del Señor de mil seiscientos diez, dictaron la expulsión
de los moriscos a tierras africanas. Salieron los de Lérida escoltados
por cien hombres armados. En Mequinenza, puestos en barcazas,
fueron llevados hasta Flix por el Ebro, y allí, siguiendo el río,
a su estuario. En los Alfaques, esperaban las naves para llevarlos
a Orán y otros puertos africanos. El padre Aznar Cardona,
sobre estas expulsiones dejó escrito:
“Salieron, pues, los desventurados por sus días señalados por los ministros reales, en orden de processión desordenada, mezclados los de a pie y los de a caballo, yendo unos entre otros, reventando de dolor, y de lágrimas, llevando grande estruendo y confusa vozería, cargados de hijos y mujeres, y de sus enfermos, y de sus viejos y niños, llenos de polvo, sudando y carleando, los unos en carros apretados allí con sus personas, alhajas y baratijas, otros en cabalgaduras con extrañas invenciones y posturas rústicas, en sillones, albardones, espuertas, aguaderas, arrodeados de alforjas, botijas, tañados, cestillos, ropas, sayos, camisas, lienços, manteles, pedaços de cáñamo, pieças de lino, y otras cosas semejantes, cada cual con lo que tenía. Unos yban a pie, rotos, mal vestidos, calçados con una esparteña y un çapato, otros con sus capas al cuello, otros con sus fardelillos, y otros con diversos envoltorios y líos, todos saludando a los que miravan, o encontraban, diziéndoles: -El Señor los en de guarde: -Señores, queden con Dios”.
Pere Casas Serra
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