viernes, 23 de abril de 2021

Milagros (Recuerdos durante el confinamiento)

MILAGROS


Cuando yo era pequeño, Milagros me sentaba sobre sus rodillas y me contaba cuentos. Trabajaba en casa de mi madre. Era gallega, de una aldea próxima a Barco de Valdeorras, provincia de Ourense, y desde muy joven se había puesto a servir para ayudar en la economía de su familia. Era buena, fuerte, trabajadora e inteligente.


Luego, cuando la emigración española a Europa en los 60, se fue a trabajar a Suiza, en casa de la familia de un médico, su mujer y sus hijos. Eran católicos y vivían en una torre ajardinada de un pueblecito próximo a Zurich.


Durante un verano hice un intercambio con uno de sus hijos. Él estuvo un mes con nosotros en Lloret de Mar y yo otro en su casa de las cercanías de Zurich. Allí solo se cenaba té y tarta de manzana. Suerte tuve de los chorizos que Milagros se había traído de su pueblo.


Siempre que Milagros venía a España nos venía a ver, aprovechando la visita a una hermana casada que tenía en Barcelona.También lo hacía después de jubilarse. En una de estas visitas, supo que yo me había separado y me dijo que cómo no se lo había dicho, y se ofreció para venir a cuidarme.


De jubilada, Milagros, con la pensión que recibía de Suiza, se fue a vivir a su pueblo. Siempre me decía que fuera a verla, que pasara unos días en su casa, pero nunca encontré el momento de hacerlo.


Milagros me llamaba siempre por Navidades para felicitarme las fiestas. Un año que no lo hizo, la llamé yo. Se puso un hermano suyo:

- ¿Milagros? Milagros falleció hace unos meses. Gracias por llamar, ella se hubiera alegrado mucho de oírte.


Pedro Casas Serra, Recuerdos durante el confinamiento, 04/06-2020.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario