ULISES, ¿QUÉ TEMES?
Sé que hace tiempo que no duermes
oteando sin cesar el horizonte,
pero Ulises, ¿qué temes?,
no eres tú quien ha creado Ítaca
sino Ítaca quien te ha creado a ti.
Son los bosques de Ítaca los que te mecen,
en sus brazos te acogen cuando te despiertas,
con sus ramas te protegen en las tormentas.
Son los rebaños de Ítaca los que te abrigan,
te dan calor por las noches,
al sonido de sus esquilas te adormeces.
En los ojos de tus compañeros se refleja el cielo de Ítaca,
en sus palabras, en sus gestos, en sus cuerpos
se descubren sus gentes:
esos valles de Ítaca, sus vientres,
esas colinas, sus rodillas,
esos ríos, sus piernas,
esas playas, sus pies.
Ulises: no temas,
Ítaca no te abandonará jamás.
Y cuando deje de soplar el viento
y la niebla te impida ver el sol,
empuña con fuerza el timón,
que tus compañeros se agarren a los remos,
que es a Ítaca a quien tenéis entre los brazos
que os guía y os conduce hasta ella.
No sabía que tenías un blog.
ResponderEliminarLo he descubierto y ya estoy aquí.
Hace tiempo que escribiste este poema, y sin embargo lo sigues valorando. Supongo que no das nada por perdido en el tiempo como Itaca y Ulises que no se sueltan.........muaaaaaa
Hace poco, Claudieta, que lo tengo, y en él voy colgando poemas de distintas épocas. No doy ningún poema mío por acabado.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un abrazo.
Pedro