EL ASCENSOR
He vuelto a subir
en el ascensor de la vieja casa,
ese cuya entrada
se encuentra no sé dónde
y que
tras elevarse hasta la azotea
se desplaza
horizontalmente
- sobre carriles, como un tren -
entre galerías y cocinas
hasta quedar colgado en el vacío,
y del que salgo
- desmontando el cristal -
ayudado por un joven.
Recuerda al ascensor de servicio
de casa de tía Ramona.
Los sueños repetidos
adquieren la realidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario