EL SUEÑO
Esa imagen borrosa, producto
del deseo, que sale por la noche
y se esconde en el alba, ficción
de realidades, de andar elástico
y sonrisa franca, ojos profundos
y ceñido talle, cuerpo armonioso...
¿Cuánto amor no guarda esa mirada
aún por descubrir en algún sitio?
En ese instante vago, perdido
entre dos mundos, fantástico el primero,
real el último, junto a esa imagen
de contornos rudos surgen recuerdos
de caricias suaves, de pechos
abarcados por manos como cuencos,
pieles finas, formas redondeadas,
cinturas que estrujé y sexos húmedos
por donde penetré y descargué
con furia. Entonces, acaricio
mi miembro con amor de mujer
y mano de hombre. Lo tengo mal:
querido de mujer, amante de hombre.
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