jueves, 8 de diciembre de 2022

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 249 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

Dicen que los niños y los locos dicen las verdades, eso se debe a que los niños por su edad y los locos por su enfermedad están libres de coerciones sociales. Todos podemos sufrir un tipo u otro de enfermedad mental, hay que desestigmatizarlas, incorporar a los enfermos mentales a la sociedad. La enfermedad mental es como cualquier otra enfermedad, con sus síntomas, manifestaciones y tratamiento.

Covid 19: Desde luego los tiempos no están para lanzar cohetes, pero tampoco para hacerse el harakiri. Los virus nos infectan para reproducirse porque está en sus genes, y nosotros nos intentamos deshacer de este virus en concreto para poder seguir reproduciéndonos. La mayoría de los virus, como la mayoría de los hombres, no son dañinos. Luego, que sobreviva el que más poder de adaptación tenga.

Recuerdo, de niño, cómo cambiaba una asignatura según quien fuera el profesor que la daba. Y cómo había profesores que tenían el poder de enseñar deleitando. (También recuerdo tizas, borradores y palmetas volando.)

La enemistad puede tener muchas causas, pero al menos una muy difícil de descubrir, la envidia. El envidioso lo envidia todo, cualquier cosa, hasta la más nimia, de quien tiene al lado, así que todo el mundo por algún motivo es su enemigo. El envidioso es digno de lástima (pero mejor no te cruces en su camino). (Otro caso de enemistad es la del paranoico. Conocí yo un hombre, en un juicio, que me dijo que la denuncia de tráfico de que era objeto, se la había inducido al denunciante "su enemigo” -¡que vivía en Galicia! Cuidaros del paranoico si os convierte en el centro de su paranoia, pues su ideación enfermiza irá siempre construyendo un argumentario, razonable para quien no lo conozca, del que seréis centro y causa.)

Covid-19: En este tiempo de coronavirus me ha sorprendido un tanto la ausencia de visibilidad de la iglesia y sus representantes. Supongo que es una manifestación más de la secularización que impera. No expreso una crítica,  solo constato una realidad en mi alrededor de la que soy testigo.

Covid-19: El personal sanitario es merecedor de los mayores elogios porque está haciendo todo lo posible, con los medios limitados de que muchas veces dispone, para salvar vidas y además proporcionando un último consuelo a aquellos que mueren lejos de su familia. Pero hemos de reclamar que se le facilite cuantos medios necesite para hacer su trabajo porque, por más vocacional que sea su actividad, no eligió esta profesión para morir sino para salvar vidas: las de los enfermos están en sus manos, las de los sanitarios en las nuestras.

Covid-19: Debemos cuestionarnos cómo estamos haciendo las cosas e intentar mejorarlas.

Covid-19: La Covid-19 no distingue de personas, todas somos vehículo para su reproducción. Pero como la globalización ha facilitado su rápida expansión, se ha multiplicado antes y más rápido en la parte del mundo más intercomunicada que coincide con los países más desarrollados. ¿Se hablaría igual de este virus si se hubiera extendido por los menos desarrollados? Por lo sucedido con otras epidemias mucho más mortíferas, como la malaria, lo dudo mucho.

Covid-19: Entre la epidemia y el relevo generacional natural, accederán gente nueva a las responsabilidades. Esperemos que lo sepan hacer bien, mejor si cabe.

Covid-19 Las cosas no se repiten en las mismas circunstancias, pero sí parecidas. La peor de las circunstancias siempre puede mejorarse.

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