sábado, 17 de diciembre de 2022

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 258 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

 Hay lugares que se apoderan de mí.

Ninguna universidad da diploma de poeta. Ayuda escuchar a la vida y ponerla en verso. Ser testigo del tiempo que ha tocado vivir, también. Sentir con fuerza, pensar intensamente… Leer mucha poesía, escribir bastante, publicar poca… Ser humilde, aprender de los demás, corregirse mucho... Ver en cada palabra un mundo de posibilidades, jugar con ellas, inventarlas, darles nuevos sentidos… Lograr que canten, que lloren, que rían, que acompañen, que consuelen, que transmitan… Y éso no es más que el principio de ser poeta. Aquí todos estamos aprendiendo.

Covid-19: Cuatro imágenes de la "nueva normalidad". Primera: Aún no hemos salido de la estupefacción. Segunda: Vuelve a reinar el tráfico y la polución como si no hubiera pasado nada. Tercera: La naturaleza está pletórica, agradecida del descanso que le hemos dado. Cuarta: De momento, no podemos volver a la vida social anterior.

Personalmente me quedo con el pensamiento de Confucio, un hombre extraordinario que, sin apoyaturas trascendentales, crea una forma de vivir en sociedad que se ha extendido y perdura en todo el mundo. (Mi madre repetía una máxima: "El que no vulguis per tu, no ho vulguis per ningú" (“Lo que no quieras para ti, no lo quieras para nadie”). Años después, en una exposición que visité dedicada a Confucio, conocí que él era el autor de esta máxima.)

Covid-19: Unas reflexiones: cuando me había acostumbrado al confinamiento y empezaba a disfrutar de lo bueno que me procuraba (tiempo, silencio, sosiego, aire limpio...) llega la nueva normalidad que parece devolverme solo lo malo de la situación previa (ruido, polución, prisas, aglomeraciones...) pero no lo bueno (encuentros con los amigos, bibliotecas abiertas, viajes...), en un estado intermedio de duración indefinida y final incierto. Hay cosas que añoro y que no tengo, y otras que, sin quererlas recuperar, han vuelto. Esto exige serenidad: no puedo cambiar el mundo, pero sí mi escala de valores, he de dar más valor a lo que nada ni nadie puede arrebatarme.

Leo el poema JUSTICIA, de Blanca Varela y pienso: caramba no puede ser más actual y aplicable a hoy que estamos en plena pandemia de la Covi 19. Veamos: Vino el murciélago y devoró al virus, vino el pangolín y devoró al murcielago, vino el hombre y devoró al pangolín, vino el virus y devoró al hombre.

Covid 19: Empezamos a darnos cuenta que hemos vivido unos años de bonanza con países y mercados abiertos, toda clase de productos de consumo, vuelos baratos... Pero todo eso se ha acabado y muchas cosas ya no volverán a ser igual que antes. Hemos comenzado el futuro y no sabemos aún como será.

Cómo decía Gabriel Ferrater (poesía de la experiencia, grupo de Barcelona, años 50) que debía ser un poema: conciso y claro como una carta comercial.

Covid-19: Pensábamos que el diluvio que hemos sufrido serviría para limpiar el paisaje, pero al retirarse las aguas hemos visto más de los mismo.

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