lunes, 26 de diciembre de 2022

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 267 (mis comentarios en airesdelibertad.com)


Yo no he estado nunca en Londres. Tenía concertado ir varias veces con varias personas, pero desaparecieron antes de realizarse el viaje. Yo viajo en función de la compañía.

Hay estado del ánimo difíciles de expresar: Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! (César Vallejo)

Es muy importante tener conciencia del momento en que se vive, de toda su belleza, de su maravillosa grandeza.

Covid: 19 El coronavirus ha puesto de manifiesto el abandono en que se encuentran tantos ancianos en nuestra sociedad. Por la TV se han podido ver imágenes hirientes. Nada más parecido a un niño que un anciano por su fragilidad y desprotección, por eso necesita de todo el cariño y las atenciones de quienes le rodean.

Algunas veces desearíamos poder dar a la moviola hacia atrás y volver a ser ese muñeco en manos de nuestra madre.

Creer o no, no es tan importante como obrar bien.

La palabra amiga es un regalo, un vaso de agua, una flor.

Como el ave al volar… https://sientopasareltiempo.blogspot.com/2020/04/2004-08-03-como-el-ave-al-volar.html Este soneto lo escribi mientras estaba alojado en la hospedería del monasterio de monjas cistercienses de Tulebras, en la baja Navarra, entre Tudela y Tarazona, en pleno valle del Queiles. Un pequeño pueblecito, apenas cuatro casas alrededor del monasterio. Allí nació mi amigo el poeta-cantor Joseba Ayensa, que con sus relatos de infancia nos animó a conocerlo. Guardo un gran recuerdo del lugar y sus gentes. Cuando nos alojábamos en el monasterio de Tulebras, al atardecer, salíamos a dar un paseo y recorríamos por su parte exterior todo el amplio muro perimetral del monasterio que por un lado discurría junto a la "via verde tarazonica", camino sobre el antiguo trazado del tren de vía estrecha que antiguamente unía Tudela con Tarazona. Allí las noches eran muy estrelladas, pues solo se veían las luces de los pueblecitos del valle del Queiles, río que nace en el Moncayo. En mi verso “es mejor emprender ligero el viaje”  hay una referencia clara al de D. Antonio Machado (“me encontraréis a bordo ligero de equipaje”), poeta de mi predilección. Nacimos desnudos y moriremos desnudos, es mejor irse desprendiendo de lo acumulado durante la vida. No vamos, regresamos, por eso hay que fijarse bien en el paisaje, para no perderse. Coger lo mejor que encontramos en el camino hace que la vida merezca la pena. Una amiga mía, checa de los Sudetes, que lo había pasado muy mal durante la Segunda Guerra Mundial, decía que, para viajar, solo hacían falta dos cosas: papeles (documentación) y dinero, y, si mucho me apuras -proseguía-, solo una de ellas, porque con una se puede conseguir la otra.

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