viernes, 31 de agosto de 2018

Águila

ÁGUILA


Águila de los Habsburgo,

símbolo de realeza,

que con tu doble cabeza

señoreabas el burgo;

no te sorprendas si hurgo

en tu árbol genealógico,

que no deja de ser lógico

con tanto emparejamiento,

se extinguiera ese portento

de fealdad morfológico.


Pedro Casas Serra (28-10-2015)

jueves, 30 de agosto de 2018

Cotorra

COTORRA


Llegada de la Argentina

no sé quien la liberó

pero enseguida pobló

la urbe de esquina a esquina;

mira si es parlanchina

que se la oye de lejos,

y si entras en sus manejos

forma algarabía tal,

y trata de igual a igual

como siendo amigos viejos.


Pedro Casas Serra (23-10-2015,02)

miércoles, 29 de agosto de 2018

Can

CAN


Can Cancerbero que fiel

cumples tu grave misión,

déjame en esta ocasión

cruzar las puertas del ciel;

que si en la memoria él

lamía siempre mi mano,

seme esta vez buen hermano

por el amor que le tuve

que ya la cuesta me sube

y quiero llegar cristiano.


Pedro Casas Serra (23-10-2015,01)

martes, 28 de agosto de 2018

Paloma

PALOMA


En templos representada

como espíritu de Dios,

formas con las otras dos

la Trinidad consagrada;

ninguna tan esperada

pasada la gran tormenta,

pues tu regreso impacienta

con rama de olivo en pico,

más que otro cualquier perico

tu aparición nos contenta.


Pedro Casas Serra (21-10-2015)

lunes, 27 de agosto de 2018

Loro

LORO


Loro del Brasil, tú eres

verde como la manzana

que ilumina la mañana

del árbol en que vivieres;

eres de los pocos seres

que nacido portugués,

consigue aprender después

cualquier palabra del mundo,

que repite “ad nauseabundo”

del derecho y del revés.


Pedro Casas Serra (18-10-2015)

domingo, 26 de agosto de 2018

Una tormenta arrasa la cosecha de manzanas

UNA TORMENTA ARRASA LA COSECHA DE MANZANAS


Lleida.- Piedras del tamaño de una almendra destruyeron el jueves a primera hora de la noche la totalidad de la producción de manzanas - Golden, Pink Lady y Fuji- a punto de recolección de un centenar de hectáreas en la partida de Malpartit, en Alpicat (Segrià). (La Vanguardia, 03-10-2015)


Cuántas veces del horno te saqué,

deliciosa amarilla lobulada

de la granja de Mullins,

Virginia Occidental, americana

pecosilla, jugosa,

ligeramente amarga,

convertida en mi postre preferido

o acompañando carnes como salsa.


Viniste de más lejos,

señorita australiana de mi alma

que descubrió John Cripps, desconocida

entre tu veste verde, piel rosácea,

y Audrey Hepburn vendió,

glamorosa, sensual, elipse ácida,

para en San Valentín,

desnuda penetrar en mi garganta.


Nacida en Fujisaki,

redonda, densa, amelocotonada,

carne dulce y crujiente,

en vuelo de Japón llegaste a casa,

y geisha servicial, cortada a trozos,

penetraste a pasitos en mi cámara

para ofrecerme así

ceremonia del té, cuenco de plata.


Parece que este año

no comeré manzanas.


Pedro Casas Serra (03-10-2015)

sábado, 25 de agosto de 2018

Todo niño se merece una flor

TODO NIÑO SE MERECE UNA FLOR


A Aylan Kurdi, muerto en el Mar Egeo.


Perder la vida es perderlo todo.

Es no tener un parque en que jugar

ni una pelota

ni pantalones largos ni un abuelo

ni una sonrisa ni un libro que leer

ni una tarde en el campo ni un hermano

ni un bocadillo ni cantar en la ducha

ni bailar con las chicas

ni dormir más

ni volar cometas

ni lavarse los dientes

ni aprender la lección

ni leer tebeos

Es nada, nada, nada.

Es mucha agua en los pulmones,

todo el mar que te lava la cara

y una foto en portada en los periódicos.


Pedro Casas Serra (04-09-2015)

viernes, 24 de agosto de 2018

Afanyem-nos

AFANYEM-NOS


Missenyora la Mort

ha volgut visitar-me

JOAN SALVAT-PAPASSEIT


Afanyem-nos

que arribarà el capvespre

i no ens n’adonarem i serà fosc.

I la vesprada és freda,

que la lluna és maldestra

i té un afany de sang,

que observa, mirall blanc, i riu de la desfeta.


Afanyem-nos,

que és curta la travessa i molt més la baixada.

I la pedra rodola i s'esmuny.

Negre serà demà – Negre serà per sempre.

I tot és Negre sempre:

On el no-res ens espera impacient.


Afanyem-nos,

perquè la llum s'escurça,

i arribarà la nit abans no ens n’adonem.

Tot i que l'esperem, vindrà de sobte

perquè des que naixem comencem a morir.

I no som arrels fortes

sinó fulles marcides

que pels aires s'enduu la tempesta.


Afanyem-nos,

perquè la mort s'amaga darrere la porta.

No sabem quan ni a qui

durà l'últim sospir

i sobre el cap més ferm caurà la seva espasa.


Pere Casas Serra (19-05-2015)



DÉMONOS PRISA


Mi Señora la Muerte

ha querido visitarme

JOAN SALVAT-PAPASSEIT


Démonos prisa

que llegará la tarde,

no nos daremos cuenta y se hará oscuro.

Y el crepúsculo es frío,

que la luna es inhábil

y tiene afán de sangre,

que observa, espejo blanco, y ríe del desastre.


Démonos prisa,

que el recorrido es corto y aún lo es más el descenso.

Y la piedra rueda y escurre.

Negro será mañana – Negro será por siempre.

Y todo es Negro siempre:

donde la nada nos espera impaciente.


Démonos prisa,

porque la luz se acorta,

y llegará la noche antes de darnos cuenta.

A pesar de esperarla, vendrá de golpe

pues desde que nacemos rompemos a morir.

No siendo raíces fuertes

sino hojas marchitas

que en el aire se lleva la tormenta.


Démonos prisa,

porque la muerte se esconde tras la puerta.

No sabemos cuándo ni a quién

traerá el postrer suspiro

y sobre qué cabeza se abatirá su espada.


Pedro Casas Serra (19-05-2015)

jueves, 23 de agosto de 2018

La gesta del gato y el dragón

LA GESTA DEL GATO Y EL DRAGÓN


Para el Encuentro de Aires de Libertad en España 2015


Pues aquí reunidos

en tan fausta ocasión,

os cantaré la gesta

del gato y el dragón.


Érase un dragón

- de Comores, por cierto -

que nació de su especie

el más pequeño y tuerto.


Y también un minino

que aún no echaba los dientes,

ni garras afiladas

lucía de felino.


Pero estos dos estetas

brillaban en la red

luciendo sus encantos

de divinos poetas.


Un día se enzarzaron

en cruda discusión

por lograr de una dama

su altivo corazón.


Así el dragón bramaba

y rugía el felino,

y cada cual decía

la palabra más brava.


Por zanjar la cuestión,

indicoles la bella

se batieran en duelo

por obtenerla a ella.


Y así quedó resuelto

combatieran al alba,

que dicen que a esa hora

la ocasión pintan calva.


Al escoger padrinos,

los torpes contendientes,

prefirieron hacerlo

sin ojos y sin dientes.


No vieran de esta forma

su clara villanía

y fueran a contarlo

en internet un día.


Se pusieron de acuerdo

para elegir las armas:

uno las ofensivas,

otro las defensivas.


Pensó el dragón con tiento

que para protegerse,

le convenía mucho

al padre parecerse.


Y así, para esconder

su esmirriada figura,

una lupa eligió

para ganar altura.


El minino, a su vez,

se sabía indefenso

y no fió a la suerte

preservarse la tez.


Sin uñas y sin dientes,

creyó que en el ataque,

poco daño le haría

un débil mondadientes.


Cerrada la cuestión

y llegada la hora,

se iniciaba la lid

¡qué pavor! con la aurora.


Iban los dos cubiertos

de sendas armaduras

que no dejaban ver

¡ni así! de sus hechuras.


El gato tras su lupa

vio muy grande al dragón

y se dijo asustado:

¡de tripas, corazón!


Y el dragón temeroso

blandía el mondadientes

con un miedo horroroso

y castañeo de dientes.


Quiso mala fortuna

que por azar malvado,

entrara el mondadientes

por celada gatuna.


Y pinchole al minino

en su pobre nariz

quedando muy sentido

el gatito infeliz.


Estimaron los jueces

por los maullidos dados,

que el honor en cuestión

estaba ya saldado.


Y se fueron los seis

a tomar unas copas

y reponer la sangre

vertida en cuatro gotas.


Ésta es la real historia

que en su lecho de muerte,

me contó un contendiente

y nos llegó por suerte.


Otra cosa es lo que ambos

colgaron en la red,

que ya se sabe como

son los vates, ¡pardiez!


Pedro Casas Serra (02-02-2015)

miércoles, 22 de agosto de 2018

La calle

LA CALLE


Parece que llueve

pero es la ducha del vecino a las seis de la mañana.


Había una calle ancha y larga,

tan larga como un día sin pan.


Había coches que iban y venían

como la cremallera del jersey de una adolescente.


Había árboles que en otoño lloraban al caerles las hojas

y reían en primavera cuando les salían.


Había casas sobre las aceras

en que nacían, vivían y morían personas ininterrumpidamente.


Por las noches colgaban estrellas de los balcones

que no eran sino las farolas del alumbrado público.


También había estrellas fugaces

que no eran sino las luces de los coches al pasar.


Por las mañanas, la gente salía de sus casas con aspecto de

………………………................verdugo que va al trabajo,

y regresaba por las noches con aspecto de verdugo satisfecho.


No había flores en los balcones,

solo algún que otro aparato de aire acondicionado.


El niño chutó la pelota, el cristal se rompió y este poema acabó.


No quisiera ser el protagonista de una historia tan triste,

sobre todo al comenzar el año,

por eso cierro los ojos y procuro dormir.


Había una calle ancha y larga,

tan larga como un día sin amor...


Pedro Casas Serra (07-01-2014)

martes, 21 de agosto de 2018

Encuentro Aires de Libertad-Madrid 2015

ENCUENTRO AIRES DE LIBERTAD MADRID - 2015


A Madrid, aviones juguetones.

Ante Madrid, bárbaras tentaciones.

Bajo Madrid, gozosos achuchones.

Cabe Madrid, galantes excursiones.

Con Madrid, radiantes ovaciones.

Contra Madrid, pomposas digestiones.

De Madrid, mágicos callejones.

Desde Madrid, reales diversiones.

En Madrid, divinas sensaciones.

Entre Madrid, prósperas reuniones.

Hacia Madrid, geniales pelotones.

Hasta Madrid, ufanas redacciones.

Para Madrid, enormes corazones.

Por Madrid, alegres peatones.

Según Madrid, fastuosas creaciones.

Sin Madrid, luctuosas devociones.

So Madrid, poéticos chapuzones.

Sobre Madrid, grandiosos copetones.

Tras Madrid, prósperos robinsones.


Pedro Casas Serra (13-11-2014)

lunes, 20 de agosto de 2018

"Iambes de Semònides" de Maria-Mercè Marçal (Cau de Llunes, 1973-1976)

Iambes de Semònides

Diferent va fer un déu el pensament
de la dona, al principi. En va fer una
de la verra de crins gruixudes: tot
a casa seva, en llot, enllaquerat,
sense ordre va, i rodola per terra.
Ella, bruta i amb roba llantiosa,
s’engreixa escarxofada entre deixalles.

Una altra la tragué un déu de l’astuta
guineu, i és una dona que ho sap tot.
Res de bo ni dolent no li escapa
I, d’una cosa, diu ara que és bona,
ara dolenta. A l’instant l’humor muda.

L’altra ve de la gossa, esparpillada
com sa mare, que tot ho vol sentir
i ho vol saber: fica per tot el nas.
Només barqueja. No lluca ningú
i així i tot borda. No l’atura l’home
amb amenaces, per més que enfurit
d’un cop de roc les dents li faci trossos,
ni si melós li parla, o asseguda
s’està entre estranys. Sinó que s’enderia
a mantenir el seu lladruc inútil.

L’altra els Olímpics pastaren del fang
i feta un nyap la daren al baró.
Res no coneix del bé ni el mal, tal dona.
De feines, només sap la d’endrapar.
I si mala hivernada un déu envia,
tremolosa de fred no li ve al cap
ni de posar el seient més prop del foc.

L’altra, del mar. Té doble pensament.
Un dia la veureu contenta. L’hoste,
contemplant-la, al casal, la lloarà:
No hi ha dona millor en tot el món
que aquesta, ni més bella”. Un altre dia
no pot sofrir que ningú se la miri
ni que li sigui prop, que s’enrabia
esquerpa com la gossa amb els cadells.
Es torna aspra, amb tots malagradosa,
amb els amics i amb aquells que no ho són.
És com la mar que a voltes amansida,
sense perill, una gran alegrança
duu als marins, a la saó d’estiu.
I d’altres s’enfureix i els arrabassa
amb ones bramejants. Sí, és al mar
a qui més s’assimila en tarannà:
de l’ona té un caient ben inestable.

L’altra d’un ase gris, apallissat:
per força, a penes, i a cop d’amenaces
accepta res. Fins alló que li plau,
li pesa, tot. Mentrestant, a la cambra
tota la nit i tot el dia menja,
i menja, i menja al costat de la llar.
Pel mateix preu, en el seu llit accepta
un venturer qualsevol per parella.

L’altra, de la geneta, que és espècie
vil i roïna. Res no té de bell
ni desitjable. Res de graciós
ni de plaent. Sols es deleix pel llit
d’Afrodita, i fa basques a tot home
que té a la vora! Amagada, rumia
moltes desgràcies per als veïns
i sovint menja ofrenes rebutjades.

Una euga delicada i de crinera
va parir l’altra, que refusa feines
servils i la misèria. No toca
el molí, ni l’erera no maneja.
No llença fora de casa la brossa
ni vora el forn no s’asseu, perquè evita
el sutge: és clar, encaterina l’home!
Dos cops el dia es renta de greixum,
hi ha dies tres, i s’ungeix amb essències.
La cabellera duu sempre quillada,
llarga, tota guarnida de poncelles.
Bell espectacle és per als de fora
i, tanmateix, per aquell que la té
- si no és rei o tirà poderós,
que amb aquests éssers l’ànim es regalen -,
per a aquell que la té, dic, és un mal.

L’altra ve de la mona. I és ben bé
el pitjor dany que Zeus envià als homes.
Lletgíssima de cara, dona així
travessa la ciutat i és la riota
de tots: curta de coll, baixa; amb prou feines
es mou. És prima, tota desnatjada.
Ai qui abraci un mal d’aquesta mena!
Trucs, els sap tots, i tot escarafall.
És com la mona. Tant li fa que riguin!
Res no vol fer de bo per a ningú:
tot el dia només pensa i barrina
com causarà pitjors estralls als altres.

L’altra, feliç qui l’ha, ve de l’abella.
Sols a aquesta cap blasme no li escau.
Floreix, per ella, i s’allarga la vida.
Estimada envelleix vora el marit
amant, després d’engendrar una fillada
bella, de nom gloriós. Distingida
entre totes les dones, una gràcia
divina l’embolcalla. I no li plau
de seure enmig de les altres comares
per remenar-hi històries obscenes.

Dones així són les millors que Zeus
regala als homes i les més assenyades.
Totes les altres, per voler de Zeus,
són malvestat que roman vora l’home.
Que el pitjor mal que Zeus va modelar
van ser les dones. Es pensen que ajuden
i res, de fet: els pitjors infortunis
vénen a aquell que en té una. Cap dia
no pot servar feliç qui s’hi refeixa,
que no farà fora de casa seva
la fam – hoste enemic i déu hostil -.
Un jorn, hom creu que l’alegra la gràcia
d’un déu o bé el favor d’algun mortal,
i ella, trobant un retret, a baralla
l’excita. On hi ha una dona, a aquesta casa,
no és rebut de grat l’hoste que hi posa.
La que sembla que tingui més senderi,
segur que, al capdavall, ofèn molt més:
embadalit l’espòs, tots els veïns
xalen de veure aquest com també cau.
Cadascú, quan l’esmenta, la companya
pròpia lloa, i blasma la dels altres.
Tenint sort pariona, no ho veiem.
Zeus la va fer com el pitjor dels mals.
La posà com un nus que no es deslliga
als peus, d’ençà que l’Hades va acollir
els qui lluitaren per mor d’una dona.

Maria-Mercè Marçal (Cau de Llunes, 1973-1976)



Yambos de Simónides

Diferente hizo un dios la idea
de la mujer, en un principio. Hizo una
de la puerca de gruesas cerdas: todo
en su casa, entre lodo, encenagado,
va sin orden, y rueda por el suelo.
Ella, sucia y con ropa mugrienta,
engorda repantingada entre residuos.

Otra la sacó un dios de la astuta
raposa, y es una mujer que lo sabe todo.
Nada bueno o malo se le escapa
Y, de una cosa, dice ora que es buena,
ora que es mala. Cambia de humor al instante.

La otra viene de la perra, espabilada
como su madre, que todo lo quiere oír
y lo quiere saber: mete en todo la nariz.
Solo trajina. No ve a nadie
y aun así ladra. No la detiene el hombre
con amenazas, por más que enfurecido
de un golpe de piedra le destroce los dientes,
ni si meloso le habla, o está sentada
entre extraños. Sino que se obstina
en mantener su ladrido inútil.

La otra los Olímpicos amasaron del barro
y hecha una chapuza la dieron al varón.
Nada sabe del bien o del mal, tal mujer.
De trabajos, solo conoce el de engullir.
Y si mal inverno un dios envía,
temblando de frío no se le ocurre
ni colocar más cerca del fuego su silla.

La otra, del mar. Tiene doble pensamiento.
Un día la veréis contenta. El huésped,
contemplándola, en casa, la alabará:
No hay mujer mejor en todo el mundo
que ésta, ni más bella”. Otro día
no puede sufrir que nadie la mire
ni que esté cerca, pues se enrabía
arisca como la perra con cachorros.
Se vuelve áspera, con todos desabrida,
con los amigos y con los que no lo son.
Es como la mar que a veces mansa,
sin peligro, una gran alegría
produce a los marinos, en verano.
Y otras se enfurece y los arrebata
con olas rugientes. Sí, es al mar
a quien más se parece en el talante:
de la ola tiene una caída muy inestable.

La otra de un asno gris, apaleado:
a la fuerza, a penas, y a base de amenazas
lo acepta todo. Hasta lo que le place,
le disgusta, todo. Mientras tanto, en el cuarto
toda la noche y todo el día come,
y come, y come junto al hogar.
Por el mismo precio, en su cama acepta
a cualquier aventurero por pareja.

La otra, de la gineta, que es especie
mala y vil. Nada tiene de bella
ni de deseable. Nada de graciosa
ni de placentera. ¡Solo suspira por el lecho
de Afrodita, y hace ascos a todo hombre
que tiene cerca! Escondida, rumía
muchas desgracias para los vecinos
y a menudo come ofrendas rechazadas.

Una yegua delicada y de crin
parió la otra, que rehúsa trabajos
serviles y la pobreza. No toca
el molino, ni maneja la criba.
No tira fuera de casa la basura
ni junto al horno se sienta, porque evita
el hollín: ¡claro, enamora al hombre!
Dos veces al día se limpia de mugre,
hay días que tres, y se unge con esencias.
Siempre lleva el cabello acicalado,
largo, adornado con flores.
Bello espectáculo es para los extraños
y, aun así, para el que la tiene
- si no es rey o tirano poderoso,
que con estos seres el ánimo se regalan -,
para el que la tiene, digo, es un mal.

La otra viene de la mona. Y es a buen seguro
el peor mal que Zeus envió a los hombres.
Feísima de cara, mujer así
atraviesa la ciudad y es el hazmerreír
de todos: corta de cuello, baja; apenas
se mueve. Es delgada, sin culo.
¡Ay quién abrace un mal de esta clase!
Trucos, los sabe todos, y todo aspaviento.
Es como la mona. ¡Le da igual que rían!
Nada quiere hacer de bueno para nadie:
todo el día solo piensa y cavila
como causará peores estragos a los demás.

La otra, feliz quién la tiene, viene de la abeja.
Solo a esta ningún reproche le corresponde.
Por ella florece y se alarga la vida.
Amada envejece junto al marido
amante, después de engendrar una bella
prole, de nombre glorioso. Distinguida
entre todas las mujeres, una gracia
divina la envuelve. Y no le gusta
sentarse entre las otras comadres
para remover historias obscenas.

Mujeres así son las mejores que Zeus
regala a los hombres y las más sensatas.
Todas las demás, por deseo de Zeus,
son maldad que permanece junto al hombre.
Que el peor mal que Zeus modeló
fueron las mujeres. Se creen que ayudan
y nada, de hecho: los peores infortunios
llegan a aquel que tiene una. Ningún día
puede ser feliz quién se confía,
que no echará de su casa
el hambre – huésped enemigo y dios hostil -.
Un día, se cree que lo alegra la gracia
de un dios o bien el favor de algún mortal,
y ella, encontrando un reproche, lo mueve
a pelea. Donde hay una mujer, en tal casa,
no es recibido con agrado el huésped que acude.
La que parece que tenga más juicio,
seguro que, al final, ofende más:
embobado el esposo, todos los vecinos
disfrutar de ver cómo éste también cae.
Cada cual, cuando la menciona, a la compañera
propia alaba, y censura a la de los demás.
Teniendo suerte parecida, no lo vemos.
Zeus la hizo como el peor de los males.
La puso en los pies como un nudo
que no se desata, desde que el Hades acogió
a quienes lucharon por causa de una mujer.

Maria-Mercè Marçal (Cau de Llunes, 1973-1976)
(Versión de Pedro Casas Serra)