jueves, 27 de octubre de 2022

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 207 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

He pensado en una tía mía - mi tía Rosita - que siempre decía: "Cuando yo era joven todo estaba prohibido." Hoy han cambiado bastante las cosas pero hay que seguir luchando.

He sido en varias ocasiones objeto de robos al descuido y me he dado cuenta que los ladrones utilizan siempre la técnica de crear una situación que te sea incómoda (empujón, apretujón, tropezón...) al objeto de distraer tu atención. Los ladrones tienen más difícil robar a quien está alerta y eso vale para todos.

La verdad es como un espejo roto en muchos pedazos y solo por los pedazos que vamos recogiendo y juntando nos hacemos una idea aproximada de ella.

Todo es belleza en la naturaleza: ver llover, ver después salir el sol sobre un paisaje lavado que se llena de olor y de luminosidad... En las ciudades estamos lejos de eso y ensordecidos por mil ruidos. Mi perra Daira me enseñó a oír cuando íbamos por la calle, al tirar de la cadena antes de que yo percibiera el sonido que ella ya había oído.

El despistado tiene la ventaja sobre los demás de que vive dos vidas: la real y la soñada (siempre que vigile la luz del semáforo cuando cruza la calle).

La presencia del agua cambia cualquier paisaje.

Es hermoso encontrar esa mano en el hombro, esa palabra en el oído.

La vida está hecha de dormires y despertares.

La verdad hay que buscarla en los rincones.

 

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