EL
SUEÑO
Esa
imagen borrosa, producto
del
deseo, que sale por la noche
y se
esconde en el alba, ficción
de
realidades, de andar elástico
y
sonrisa franca, ojos profundos
y
ceñido talle, cuerpo armonioso...
¿Cuánto
amor no guarda esa mirada
aún
por descubrir en algún sitio?
En
ese instante vago, perdido
entre
dos mundos, fantástico el primero,
real
el último, junto a esa imagen
de
contornos rudos surgen recuerdos
de
caricias suaves, de pechos
abarcados
por manos como cuencos,
pieles
finas, formas redondeadas,
cinturas
que estrujé y sexos húmedos
por
donde penetré y descargué
con
furia. Entonces, acaricio
mi
miembro con amor de mujer
y
mano de hombre. Lo tengo mal:
querido
de mujer, amante de hombre.
Pedro
Casas Serra (27-05-1992)
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