ENTRE LAS LLAMAS
En mi naturaleza estaba ser volcán,
alzarme como llama al viento...
Pero vivía de recoger hierbas y otros remedios
con que curar a mis hermanas las mujeres,
aliviarles de sus dolores menstruales,
procurarles las caricias de sus amados,
evitarles el resultado de algún que otro desliz....
Hasta que llegó ese hombre siniestro
y dijo: "Es bruja, ¡quemadla!"
En mi naturaleza estaba ser volcán,
alzarme como llama al viento...
¡Cuántas vidas truncadas por las sentencias de ese hombre siniestro tomadas como única verdad!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, la intolerancia y un afán de dominación han causado y aún causan muchas desigualdades y desgracias. Gracias por tu comentario, Fany. Un abrazo.
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