lunes, 12 de noviembre de 2018

Yo fui primero barro...

YO FUI PRIMERO BARRO...


Para el Encuentro de Aires de Libertad en Perú – 2016.


..Yo fui primero barro

en las manos calientes de mi madre.

Me enseñó ella a decir las oraciones,

nombrar las flores y amasar los panes.

Si sé andar fue por ella,

sobre sus huellas puse mis piecitos.

Ella fue luna que alumbró mi noche

y sol radiante tras la lluvia.

Madre, que me dio a mis hermanos

para, revueltos en tropel,

volar hasta los árboles,

canturrear canciones y a la tarde

regresar al refugio de sus faldas.

Madre, soy lo que soy

porque tú fuiste antes,

porque acogiste a mi padre entre tus piernas,

me llevaste en tu vientre nueve meses

y arrullaste mi ser tan diminuto.

Si sé cantar

es a ti a quien lo debo, tus palabras

me dieron mis refranes.

Me acunaste en tu vientre

y allí creció mi voz y mis bracitos

revolotearon como gorriones.

Tu pulso late en mí, madre,

tu sangre me recorre,

voy por el mundo cantando

desde que tú me echaste.

Deseando volver

a tu caliente útero.


..Yo luché por vosotros, los humildes,

los de poco trabajo y mucha hambre,

los que sabéis de cienos y de cardos,

los que pobláis la noche de ronquidos

y al alba levantáis la madreselva.

Me dieron de collejas

en los dos carrillos,

sufrí la incomprensión y la miseria,

me abarrotaron como a los jilgueros

sin que dejará de cantar, vivir,

porque hay que vivir

para contarlo, cantarlo.

Quién sino yo daría voz

al perseguido, enterraría

con versos a los muertos,

forjaría visiones para ciegos,

canciones para los tartamudos

y a los mancos daría

las manos para amar, quién penaría

como yo pené por los caminos.

Yo fui de todos

para no ser mío,

callé para escucharos, altavoz

de tristes y de llantos,

me acuné en el océano

por alargar mi eco,

poblar la tierra de sonidos

de placer, de dolor, de mármol,

espuma al rebosar

el vaso de mi canto.


..Desde este no lugar en que me encuentro

os contemplo y os quiero,

no por vuestra bondad

o inteligencia, sino por ser hombres

y mujeres que caminan,

tropiezan y se alzan y caminan,

desnortados, sedientos,

apoyándose a veces,

otras apuñalándose,

con su candor, miserias, humedades,

alegres o cansados, procreándose,

juntos en su dolor

y separados

por sus miedos y sus inconsecuencias.

Me dais pena.

Quisiera daros fuerza con mis versos,

un poco de placer, unas muletas

para superar vados,

vencer cuestas,

daros unos instantes de calor, cobijo,

para seguir después vuestro camino

más contentos.

Ese camino incierto que tras muchas revueltas,

recovecos,

os llevará a ese no lugar

en que me encuentro,

y desde el que os envío un abrazo fraterno.

...Sinceramente vuestro,

César Vallejo.


Pedro Casas Serra (17-06-2016)

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