jueves, 6 de abril de 2023

Sobre la poesía, mis poemas y otras cosas 368 (mis comentarios en airesdelibertad.com)

Las hojas caídas forman una mullida y colorida alfombra en el otoño.

Sin duda las dictaduras militares en Argentina, Chile, Uruguay... causaron mucho dolor y daño a mucha gente (a toda la sociedad, en suma), y afectaron a grandes poetas del cono sur de América, tal como sus poemas traslucen. Ahí es importante la poesía: para dar testimonio. En España, donde la dictadura duró cuarenta años, aún fue peor, pues esta se institucionalizó en todos los niveles, dejando una impronta en la sociedad que aún perdura: aún no nos hemos deshecho de la dictadura, sigue ahí.

Creo que el sentimiento no basta para escribir poesía, que el sentimiento provoca la creatividad y la inteligencia la conduce.

En el cajón del olvido, la memoria guarda muchos recuerdos del que algún día los puede sacar.

Covid 19: La covid aún no ha muerto y muy probablemente conviviremos con ella durante mucho tiempo. (En una entrevista de "La Contra" en La Vanguardia del día 18 de octubre de 2022, Juan Fueyo, investigador oncológico en el Centro MD Anderson de la Universidad de Texas, a la pregunta: ¿Cómo frenarlo? (el cambio climático, causante de la difusión de nuevos virus), respondía: No se trata de cambiar bombillas, sino de cambiar dirigentes en las petrotiranías como Venezuela, Irán, los países del Golfo, Rusia... Porque son élites plutocráticas que explotan a sus pueblos y agotan los recursos de todo el planeta para seguir mandando.)

Lo que yo he leído respecto a casos de experiencias próximas a la muerte, me han parecido más bien intentos de explicar hechos desconocidos por la ciencia actual, que no verdaderos regresos de la muerte a la vida, como se pretenden. Yo prefiero, más que de alma, hablar de conciencia, y creo que junto con el cuerpo muere la conciencia, y que creer que los átomos que integraban nuestro cuerpo subsistan junto con los del resto del universo no permite creer en la existencia de espíritus sin cuerpo, de otra vida o en la reencarnación... Para mí, todas estas creencias son mitos.

¿Por qué hemos de lamentar que no haya otra vida, cuando hemos tenido la dicha de conocer esta? ¿Que necesidad tenemos de esperar otra vida tras la muerte? Quizá el niño que muere sin apenas conocer el mundo, sí, pero nosotros, tras una vida larga y fecunda, creo que no: el cielo ya lo hemos tenido en la tierra.

 


 

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