VOCES
DE SALAMANCA
Pusieron
los cristianos
sus
catedrales
donde
antes los romanos
sus
ojuelos.
Salamanca
es una isla
que
quisiera ser jardín,
espíritus
blasonados
nunca
acaban de morir.
Si
ríe es una bengala
y si
llora es un rubí,
cosidas
sus cresterías
con
hilos de oro y orín.
Campanas
de sus iglesias
que
a mí me hacen tilín
me
invitan a ir de paseo
montado
en un calesín.
...
Cuando
veo a mi niño
quedo
desnudo,
y
de comer limones
tartamudo.
Que
si me bebe el agua
deja
contento,
y
si pasa de largo
deja
sediento.
¡Niño
de los melones,
ven
a mi vera!,
¡si
una vez resucito
ocho
me muera!
...
Si
me dices que sí
te
dejo vivir,
si
me dices que no
te
condeno yo.
Como
antes los conventos
eran
más grandes
o
había más penitentes
o
había más hambres.
Franco
y la Inquisición
con
sus prisiones...
si
primero marranos
luego
masones.
Muchos
ciegos buscando
su
lazarillo
se
sientan en sus aulas
por
sacar brillo.
...
¿Dónde
paran las piedras
de
los salones
que
levantaron?
¿Dónde
los estandartes
y
los pendones
que
arrebataron?
Las
piedras de palacio
de
una en una
se
las llevaron.
Las
naciones vencidas
una
tras otra
se
rebelaron.
Que
si el vivir es morir
y el
morir es el vivir,
si
hoy ayudo a la santa
en
sus fundaciones,
me
ganaré de muerto
sus
bendiciones.
...
Por
no despertar pasiones
no
me asomo a mis balcones,
solo
en fastas ocasiones
entreabro
mis calzones.
"Quoque
natura donat,
Santus
Petrus benedicat".
Pedro
Casas Serra (31-12-2005)
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