DIANA Y CALISTO
De que Júpiter por linda te posea
y de que Diana, la virgen, no vea
en tu preñez disculpa
y te aleje de su compañía
a partir de ese día,
Calisto, tú no tienes la culpa.
Ni de que Juno, celosa
- de Júpiter la burlada esposa -
te transforme de mujer en osa.
Mas Zeus, el truhan divino,
compadeciendo tu cruel destino,
te quiso aún más bella
volviéndote estrella,
la Osa mayor que para todos brilla
y endereza a los navíos la quilla.
Pedro Casas Serra (21-03-2021)
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